El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García Margallo, ha considerado este jueves que los actos de celebración de la Diada fueron «un éxito», si bien ha señalado que ahora es necesario diálogo institucional para «convencer a los catalanes de que fuera vivirían mucho peor».
En una rueda de prensa junto a su homólogo portugués, Rui Machete, Margallo ha reconocido que la cadena humana fue «un éxito de convocatoria, organización, logística y comunicación», y ha admitido que le produce «una enorme preocupación y una gran tristeza» puesto que cree que la secesión de Cataluña de España sería una «opción extremadamente dolorosa».
En su opinión, las cadenas humanas pusieron de manifiesto que en España está garantizada la libertad de expresión. Por ello, aunque «la política se hace con sentimientos, también se hace con razones» por lo que ahora habrá que hacer el «esfuerzo» para «convencer a los catalanes que han apostado por la secesión» de que «fuera de España vivirían mucho peor» y tratar de entender las «razones de su desafección».
«Cualquier gobierno, sea nacional o regional, tiene que escuchar a la calle, pero no es en la calle donde se hace la política», ha afirmado Margallo, que ha defendido que «ahora el diálogo tiene que trasladarse a las instituciones» y desarrollarse «en el marco constitucional».
Como en anteriores ocasiones, Margallo ha subrayado que la Constitución fue un «pacto multilateral» entre todos los españoles y todas las comunidades autónomas, y por tanto no puede ser «roto unilateralmente por una de las partes». «Lo que una parte decida afecta a todas las partes que suscribieron ese pacto», ha añadido.
Organización territorial
Así las cosas, el ministro ha asegurado que hace falta «una reflexión sobre la organización territorial» que, a su juicio, no debería «abocar en una reforma de la Constitución».
«Es perfectamente posible reformar el tema de competencias y financiación» sin tener que cambiar la Carta Magna, ha subrayado. «Las organizaciones y los modelos no son eternos, lo eterno es la lealtad institucional», ha remachado.
Por otra parte, Margallo ha reclamado que no se puede olvidar a los catalanes que se sienten españoles y que no han salido a manifestarse --"son muchos más los que no lo han hecho que los que lo han hecho--, a los que ha prometido que el Gobierno seguirá escuchando, y ha insistido en que una salida de España supondría una salida de la UE para Cataluña. Ello conllevaría, ha dicho, «según los expertos, una pérdida de la riqueza de entre el 20 y el 25 por ciento» para Cataluña.
«Yo me siento profundamente español, me entristece que haya personas en Cataluña que no se sientan tan españolas, a esas personas hay que convencerles de que tenemos que tratar el tema marginando los sentimientos (...) y convencerles de que a Cataluña le interesa seguir dentro de España», ha resumido.