El consejero delegado de Veremonte y presidente de BCN World, Xavier Adserà, ha dicho que los inversores de BCN World tienen como «línea roja» que Catalunya siga en la UE, que consideran básico, entre otras cosas, por la seguridad jurídica que implica y por la moneda.
Durante su intervención en las jornadas Matins de Esade, Adserà ha asegurado que los inversores de BCN World consideran muy importante que Catalunya pertenezca a Europa.
Está previsto que el complejo turístico y de ocio empiece a construirse en 2014 en Vila-seca/Salou (Tarragona) y dé trabajo a 17.000 personas del sector de la construcción, 7.000 de ellos indirectos.
Según Adserà, a los promotores del proyecto no les preocupa que los estados sean más o menos independientes siempre que estén dentro de Europa, ya que la seguridad jurídica que eso da es algo muy apreciado por las economías emergentes.
La Comisión Europea advirtió el pasado lunes que si un territorio de la Unión Europea se independizara de un Estado miembro, dejaría de formar parte de la Unión.
«El punto difícil sería estar fuera de Europa», ha insistido Adserà a preguntas de los periodistas y ha asegurado que la «incertidumbre» siempre es un factor que supone dificultad para cualquier proyecto.
Derecho
Por otra parte, y dentro de la polémica sobre la independencia de Catalunya, el obispo de Solsona (Lérida), Xavier Novell, ha afirmado que «el derecho de las naciones es superior al bien moral de la unidad del Estado», y ha defendido que pueda llevarse a cabo una consulta en Catalunya.
En una entrevista de Cataluña Radio, Novell ha considerado que «antes que la unidad de España es más importante el derecho de los pueblos a decidir», y ha explicado que, a título personal, apoya el Pacto por el Derecho a Decidir.
Novell, que es el obispo más joven del Estado, ha valorado que «los que deben decidir son los ciudadanos de Catalunya y eso es algo que la Iglesia debe respetar», y ha avanzado que él participaría en una posible consulta, aunque no ha revelado el sentido de su voto.
Además, ha apelado a «respetar las ideas de todas las personas» que viven en Catalunya, y ha admitido que recibió numerosas críticas por haber rechazado repicar las campanas de las iglesias catalanas con motivo de la cadena humana a favor de la independencia que se llevó a cabo el 11 de septiembre.