La Audiencia Nacional ha condenado al ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamiés y al inspector jefe José María Ballesteros a un año y medio de prisión y cuatro años de inhabilitación por revelación de secretos por el chivatazo a ETA en el bar Faisán que frustró una operación.
La sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia les absuelve del delito de colaboración con organización terrorista al entender que el chivatazo no fue una «acción directa de los acusados para favorecer una actuación puntual» de la banda, sino que la intención era no «entorpecer el proceso que estaba en marcha para lograr el cese de la actividad de ETA».
Los magistrados recuerdan que en el presente caso no hubo «una voluntad de realizar la conducta típica prevista para el delito de colaboración con banda terrorista, que es la de favorecer la actividad de la organización, cualquiera que sea el móvil».