PSOE y PSC se han esforzado en volver a la normalidad en sus relaciones tras la nueva división en el grupo socialista a la hora de votar sobre el derecho a decidir, y las direcciones de ambos partidos han reiterado su deseo de seguir juntos y han defendido su propuesta de reforma federal.
El nuevo enfrentamiento ha hecho resurgir las voces de aquellos que llevan tiempo pidiendo que el PSOE se separe del PSC y se presente con su propia marca en Catalunya.
Tal y como ocurrió tras la anterior «rebelión» de los diputados del PSC, a finales del febrero y que, al igual que ahora, fue a cuenta del derecho a decidir, el exvicepresidente Alfonso Guerra ha liderado las arengas en este sentido. Sin embargo, las direcciones del PSOE y del PSC han descartado la posibilidad de una ruptura. Así, el líder del PSC, Pere Navarro a señalado que no van a romper.
La portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, ha negado que hubiera presiones de la «vieja guardia» para forzar el voto, pese a que se había barajado la posibilidad inicial de una abstención, que fue la opción que mantuvieron los 13 diputados del PSC. Algunas fuentes socialistas se han quejado de que el giro a favor del «sí» se debió a las presiones en el último momento de algunos veteranos socialistas.