El PP celebra en Valladolid desde hoy hasta el domingo su convención nacional, una cita en la que buscará rearmarse tras una semana de conmoción interna marcada por la decisión de Mayor Oreja de no concurrir a las europeas y la ausencia del expresidente Aznar en este cónclave. Además, ha sufrido el desgaste de la reforma del aborto y de la 'marea blanca', la sanidad madrileña.
Los populares quieren que esta convención sea el pistoletazo de salida hacia las elecciones al Parlamento Europeo, con un mensaje centrado en el inicio de la recuperación económica, la puesta en valor de las reformas del Gobierno de Rajoy y una defensa de la unidad de España frente al desafío soberanista catalán. Y es que Rajoy está forzando la unidad en el partido con llamadas en público de la cúpula del PP para dejar fuera polémicas que desgastan.
La que se preveía una semana tranquila de preparación del cónclave tornó ya desde el lunes en una sucesión de noticias que afectaban directamente al partido, empezando con el anuncio de Alejo Vidal-Quadras, que abandona el PP para incorporarse a Vox. Ese mismo día, el partido anunciaba que Mayor Oreja, cabeza de lista en las europeas en las dos anteriores convocatorias (2004 y 2009) renunciaba a repetir.
Frías relaciones
La marcha de Oreja se produce en un momento de frías relaciones entre el PP y el Gobierno con algunos colectivos de víctimas del terrorismo. El debate sobre si se están produciendo fracturas en el partido se intensificó cuando se supo que el expresidente Aznar no estará en la convención.
La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, lleva tres días negando la «convulsión» que estos acontecimientos han podido ocasionar en las filas del PP. El vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, ha asegurado que no tiene «ningún miedo» respecto de la unidad en el partido El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, ha afirmado que el partido tiene «marcadas a fuego» la unidad y cohesión internas.