El juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez ha dejado en libertad a ocho presuntos narcos sirios detenidos el 16 de marzo en aguas internacionales cuando transportaban 12 toneladas de hachís y ha alegado que debe hacerlo «le guste o no» en aplicación de la reforma de la ley que regula la justicia universal.
La reforma establece que los tribunales españoles sólo tendrán jurisdicción para investigar la comisión de un delito cuando el procedimiento se dirija contra un español o cuando existan indicios de que un grupo criminal quiere cometerlo en territorio nacional.
El magistrado asegura que de acuerdo con los nuevos criterios «no es posible considerar que los tribunales españoles tengan jurisdicción para la instrucción y enjuiciamiento» de la comisión de un delito de tráfico de estupefacientes en aguas internacionales.
«La vinculación del juez a la ley es piedra angular del sistema de justicia y una de las mayores garantías para el ciudadano pues le pone a cubierto de la arbitrariedad. El juez debe aplicar la ley, le guste o no, aún cuando el resultado sea, desde su punto de vista, frustrante», indica.
Su decisión se suma a la tomada por otro juez, Fernando Andreu, que dejó en libertad a ocho narcos egipcios.