Felipe VI será proclamado Rey de España el próximo 18 de junio ante las Cortes Generales reunidas en el Congreso de los Diputados, según han confirmado fuentes de la Mesa de la Cámara baja.
Este órgano ha admitido a trámite este martes el proyecto de ley orgánica que hará efectiva la abdicación del Rey y que será aprobado por el Congreso la semana que viene y posteriormente por el Senado, con toda probabilidad en la víspera de la proclamación.
Con la calificación del proyecto de ley que regula la sucesión se inicia el trámite parlamentario que culminará con la proclamación de Felipe VI como nuevo Rey de España.
El proyecto de ley va a contar con más de 300 de los 350 votos de la Cámara baja y también tendrá, previsiblemente, el apoyo de la gran mayoría del Senado.
Está confirmado el apoyo del PP, el PSOE, UPyD, Foro Asturias y UPN, frente al voto en contra, por el momento, de la Izquierda Plural, ERC, Nueva Canarias y el BNG. El PNV se abstendrá y CiU aún no ha decidido su posición.
La norma, que ha aprobado este mediodía el Consejo de Ministros reunido de forma extraordinaria, constata en su primer apartado que Juan Carlos I abdica la Corona de España y afirma que la abdicación será efectiva cuando sea publicada esta ley en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Su entrada en vigor, afirma el texto, «determinará, en consecuencia, que la abdicación despliegue sus efectos y que se produzca la sucesión en la Corona de España de forma automática, siguiendo el orden previsto en la Constitución».
En la exposición de motivos, se recuerda que el Rey comunicó ayer al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, su «voluntad de abdicar mediante entrega de un escrito, firmado en su presencia, con el siguiente tenor literal» y, a continuación, se reproduce el mensaje que don Juan Carlos dirigió ayer a la nación.
La monarquía constitucional es simplemente una parte del pacto de convivencia que nos dimos los españoles en 1978. Y un pacto es un pacto. Lo que no puede ser es que el nacionalismo y parte de la izquierda pretendan someter a referéndum aquellos aspectos o disposiciones constitucionales con las que no comulgan. Yo no comulgo con la autonomía pero la respeto como forma de convivencia con otros sectores ideológicos. Lo que pretendo decir con ello es que si alguien quiere introducir modificaciones en la Jefatura del Estado, la estructura territorial o cualquier otro aspecto constitucional es muy libre de proponerlo pero para ello necesita mayoría reforzada de las cortes generales y eso no es fácil de conseguir. Es la gran virtud de la Constitución: se creó por consenso y sólo permite su reforma por consenso. Esto último a lo que no gusta a los que se llenan la boca con la palabra democracia y ni saben cual es su significado.