Todas las formaciones políticas catalanas, menos CiU, han apoyado este sábado con mayor o menor entusiasmo la creación en el Parlament de una comisión de investigación sobre el caso Jordi Pujol, quien confesó haber ocultado al fisco dinero en el extranjero durante más de 30 años.
Al día siguiente de la comparecencia del expresidente catalán en el Parlament para dar cuenta de la herencia que ocultó en Andorra, sólo CDC lo ha defendido al ser el único partido que cree que respondió a las preguntas de los grupos, una comparecencia que acabó con una regañina por parte de Pujol a los líderes catalanes porque cree que lanzaron «intoxicaciones» hacia su persona y obra de gobierno.
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, el único líder que ayer no acudió a la comparecencia, ha advertido hoy que el expresident «no respondió a las preguntas» de su grupo, por lo que ERC «insistirá» en ellas para aclarar el fraude fiscal cometido.
Según el líder de ERC, la comparecencia de Jordi Pujol no fue suficiente porque «las preguntas que le planteamos quedaron sin responder y, por tanto, nuestra intención es seguir insistiendo en obtener respuestas para aportar tanta luz como sea posible».
Fuentes de ERC han recordado que su partido ya se posicionó a favor de que se cree una comisión de investigación, y que el hecho de que Pujol no contestara a la mayoría de las preguntas lo que provoca es que los argumentos para defender su constitución se refuercen.
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha censurado por su parte la actitud del expresident porque su actitud fue la «propia de quien sabe que le han pillado mintiendo».
El dirigente socialista ha reprochado a Pujol que no respondiera a todas las preguntas acerca de las cuentas que ha mantenido ocultas en Andorra durante más de 30 años.
«Lo único que he sacado (de su comparecencia) es una opinión más precisa acerca de quién era el padre de Pujol», ha ironizado Iceta, que ha admitido que ya se esperaba las evasivas del expresident.
La presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, ha asegurado por su parte que las explicaciones «decepcionantes» que ayer ofreció el expresidente catalán fueron «insuficientes», por lo que ha considerado que es «inevitable» que se realice una comisión de investigación en el Parlament.
Sánchez-Camacho ha acusado a Pujol de no contestar a las preguntas de los diputados sobre una fortuna que considera «inmoral y obscena».
Por ello, ha señalado que es «inevitable» que se organice una comisión de investigación «urgente» en la cámara catalana, no solo para conocer más detalles sobre la procedencia de la fortuna de la familia Pujol, sino para investigar si algunos miembros de CiU se han enriquecido «ilícitamente» durante su etapa de 23 años como presidente de la Generalitat.
Por su lado, la coordinadora nacional de ICV, Dolors Camats, ha calificado de «triste final del pujolismo» la comparecencia de ayer en el Parlament de un expresident que «volvió a querer dar lecciones morales» cuando «ha engañado» a los catalanes con un «fraude».
Camats cree que ayer asistimos a un «triste espectáculo» y a un «triste final del pujolismo», con un expresidente que «acusó incluso a los diputados de mentir cuando ha sido él el que ha estado engañando a los catalanes ocultando un hecho que es un fraude».
Desde la CUP, el diputado Quim Arrufat ha indicado también que su formación «no está dispuesta a recibir lecciones morales de Jordi Pujol», y ha aclarado que si su compañero de grupo David Fernández abandonó la reunión es porque el expresident «no quiso responder a nuestras preguntas, con lo cual entendimos que la comparecencia ya no tenía sentido».
La portavoz de UPyD en el Congreso de los Diputados, Rosa Díez, ha asegurado desde Bilbao que «ayer se chuleó el nada honorable Jordi Pujol del Parlamento de Cataluña y hoy el nada honorable Artur Mas se chulea de la Constitución y la democracia», en alusión al decreto de convocatoria de la consulta del 9N.
En sentido opuesto al resto, el coordinador general de CDC, Josep Rull, ha considerado que el expresidente Pujol respondió a la «mayoría» de las preguntas que le formularon los grupos, aunque ha reconocido que se sintió «más confortable» en la primera de sus dos intervenciones, en la que Pujol un tono más moderado.