El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha subrayado este sábado que impulsará en su partido la dedicación exclusiva de los parlamentarios aunque su propuesta no obtenga el respaldo del resto de fuerzas, pues está convencido de que «no se puede representar a los ciudadanos en ratos libres ni a tiempo parcial».
Sánchez ha hecho estas consideraciones en su intervención en el IX Congreso Estatal de Unidad Progresista de la ONCE, donde ha incidido en que es «justo» que quienes representan a los ciudadanos que tienen problemas lo hagan «a tiempo completo», en exclusiva.
Por ello, ha confiado en que el resto de grupos parlamentarios apoye la proposición no de ley que los socialistas registraron ayer en el Congreso, pero ha garantizado que, aunque no lo hagan, él impondrá esa medida en el PSOE.
El secretario general del PSOE ha elogiado la labor desempeñada por la ONCE, a su juicio una lección de lo que una sociedad es capaz de hacer cuando es capaz de unirse y de hablar de «lo mucho» que une en vez de «lo poco» que separa.
Ha afirmado que su objetivo es aplicar a España lo que a diario hace la ONCE: «Dar voz a los que de otro modo quedan siempre en silencio».
Y ha reconocido que la política se ha convertido en ocasiones en un cruce de monólogos y que los responsables públicos, a veces, no han sabido estar a la altura de sus palabras o de los principios que dicen defender.
El dirigente socialista ha planteado que, antes de la llegada de la crisis económica, social y territorial que a su juicio ahora padece España, se instaló «una crisis de valores» que poco a poco «fue debilitando las convicciones compartidas» y la confianza.
«Nada es más valioso en democracia que la confianza», ha resaltado el secretario general del PSOE, para quien los ciudadanos deben tener la seguridad de que las instituciones y quienes les representan velan por los intereses generales, no por los propios.
Todo eso se vio afectado por una crisis de valores que propició el «individualismo extremo, el culto al dinero rápido, la desatención de lo público» o el paso de «la cultura del esfuerzo a la del pelotazo».
Frente a esos problemas, ha apostado por reforzar una serie de «principios sencillos», como que destruir «no lleva a ningún sitio» aunque sea más fácil que construir, que todos están «en el mismo barco» o que es necesario combatir la necesidad «como peor enemigo de la libertad».
También ha subrayado el ejemplo de unidad ante los problemas que plantea la ONCE y, a partir de él, ha manifestado que es momento de dejar de lamentarse y de comenzar a trabajar por cambiar las cosas, de hablar de lo que une y no de lo que separa, de lo que está por venir y no de lo que se ha perdido, de «dejar de hablar de los problemas y empezar a hablar de las soluciones».
Asimismo, el dirigente socialista ha trasladado su apoyo a la ONCE en una de sus principales demandas al Gobierno, «la lucha decidida contra el juego ilegal» mediante el desarrollo de la ley que el anterior gobierno aprobó en 2011.
«Dañar a este proyecto es dañar a toda la sociedad», ha advertido Sánchez.