El presidente de Societat Civil Catalana (SCC), Josep Ramon Bosch, ha reivindicado este domingo la Cataluña «sin complejos» que no quiere renunciar a España y ha pedido abandonar «debates absurdos» y que «el desafío a la legalidad llegue a su fin», tras haber logrado que Barcelona sea «la capital sentimental de España».
En su intervención de clausura de la concentración que la plataforma contraria a la independencia ha organizado en Barcelona con motivo del Día de la Hispanidad, Bosch ha considerado que el «debate más dramático» que puede darse en una sociedad es querer que se parta el país.
«Y aquí alzamos nuestro voz para decir claro que los catalanes no pensamos renunciar a la España de todos, que es nuestra. Nuestro deseo es que esta división llegue a su final, la amenaza de ruptura cese, el desafío a la legalidad termine y las diferentes propuestas vuelvan a discutirse en el marco de la convivencia», ha afirmado.
Frente al reto soberanista de la consulta del 9N, Bosch ha «reivindicado» una «Cataluña plural en una España de todos», algo que hoy han planteado «sin complejos y con el respaldo de miles de personas», pero también ha pedido a España que «aprecie su diversidad como riqueza y no como problema».
El máximo dirigente de SCC ha dicho ante miles de manifestantes: «¡Queríamos que Barcelona fuera hoy la capital sentimental de España y lo hemos conseguido! Nos sentimos muy acompañados por el resto de españoles, que están orgullosos de que en Cataluña se alcen voces libres y desacomplejadas a favor de la unión».
Ha destacado el lema de la concentración, «La España de todos», una proclamación «por lo mucho que hemos padecido estos años, cuando de forma desvergonzada se ha tergiversado y manipulado la realidad para hacernos creer que España es una realidad ajena y opresora -ha dicho-».
«Sabemos que no es así y hemos decidido decir con claridad que rechazamos a quienes quieren enfrentarnos a nuestros compatriotas con burdas falsificaciones históricas y traiciones inventadas. Pedimos dejar debates absurdos para volver a la cordura y la sensatez. No necesitamos enemigos para ser catalanes», ha aseverado.
Porque, a su juicio, la independencia supondría «materializar un espejismo grotesco, que nos hará irrelevantes y menos libres. Nosotros también tenemos prisa, para que vuelva el 'seny'», ha afirmado Bosch, que ha finalizado con una proclama: «¡Españoles, visca Catalunya! ¡Catalans, viva España!».
Minutos antes, el vicepresidente de SCC e historiador Joaquim Coll ha opinado que «para hacer frente a todo lo que tiene de malo nuestro presente, la solución no consiste jamás, en ningún caso ni en ningún sitio en salir corriendo, es una soberana estupidez».
«Es mentira que tengamos algo que ganar en esta huida a ninguna parte -ha resaltado-. De todas las propuestas, la secesión es la peor de todas. No nos conviene económicamente, no está justificada política y moralmente, y socialmente nos divide y fractura».
Ha cargado así contra el sentimiento «supremacista y naif» del independentismo, que ha dicho que ha «secuestrado» a una Cataluña para la que la consulta del 9N «no sería una fiesta, sino un drama y un fracaso».
Coll ha lamentado la «incertidumbre» y el «miedo» en el que viven muchos catalanes y ha cargado contra la «cobardía de muchas élites que callan» y la «ceguera de famosos, artistas, periodistas y deportistas incapaces de resistirse a los cantos del 'queremos votar', sin darse cuenta que votar no es en este caso sinónimo de democracia».
Ha criticado asimismo el «brutal martilleo político» del soberanismo, «sin parangón en la Europa occidental desde la Segunda Guerra Mundial», ha dicho Coll, cuyo discurso ha finalizado con gritos de «inteligencia», imitando los habituales de «independencia» de las concentraciones soberanistas.