Todavía en «periodo de duelo» por su salida de IU, la excandidata autonómica Tania Sánchez recalca que no va a integrarse en Podemos y rechaza poner nombre y apellidos al nuevo proyecto político conjunto para el «cambio» que pretende iniciar en Madrid, en el que ve a Podemos como elemento «necesario».
En una entrevista con Efe, la que hasta el martes era cabeza de cartel de IU en la Comunidad de Madrid se niega a poner encima de la mesa cualquier «fórmula», «nombre» o «propuesta cerrada» que pueda dificultar una suma «muy muy muy amplia» de fuerzas para desalojar al PP del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Su objetivo es iniciar un proceso similar al que realizó la plataforma Ganemos Madrid en la capital -en el que está Podemos- para integrar a nivel autonómico diferentes fuerzas, que está abierto y para el que no tiene, recalca, un «plan perfecto» oculto.
La todavía diputada de IU -tramitará la devolución de su acta la próxima semana- defiende que la suya es una apuesta transversal al futuro y «sin red» en la que Podemos es un elemento «necesario», del mismo modo que las movilizaciones sociales, la política ecologista, el espacio feminista o la gente crítica del PSOE.
Y escapa a cualquier análisis de su abandono de IU como un paso para integrarse en esta formación, un viejo recelo que existía en IU: «Yo ya he dicho que no voy a formar parte de Podemos», zanja de forma clara.
Incluso rechaza la interpretación que los periodistas hicieron de las palabras del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en las que invitaba a todos los defensores del cambio a unirse a Podemos. «Yo no sé lo que quieren decir cuando dicen tienden la mano, no sé...», argumenta.
Sánchez mantiene que su cultura política es diferente a la de Podemos y que es «evidente» que ella «es de IU», aunque haya dejado el partido porque la dirección en Madrid puso «un muro» a la participación en un proyecto político conjunto.
La excandidata cuestiona a los dirigentes de Madrid por su boicot, pero también envía recados a la dirección federal de IU, que según ella sabía que el 30 de enero -fecha en que la Presidencia se negó a intervenir IU o expulsar a sus portavoces por el caso Caja Madrid- era la «fecha límite» «para saber si se iba a bloquear el proyecto de cambio que ganó las primarias o se iba a impulsar».
«Nunca asumieron que tenían que tomar una decisión política por encima de muchas otras cosas», apostilla Sánchez, que califica el expediente a los portavoces anunciada tras su salida de «decisión burocrática» y cree que la cúpula federal «no ha dimensionado el problema que se le venía encima».
Con semblante serio, Sánchez rechaza contestar a sus compañeros en Madrid que analizaron su marcha y pérdida de aforo como un modo de protegerse de una posible imputación por la querella del PP a raíz de los contratos adjudicados durante su etapa como edil en Rivas Vaciamadrid a su hermano -al dejar de ser diputada, el caso pasa a un tribunal ordinario-.
A algunos de sus compañeros, dice, no va a «calificarles», incluso después de hacerse pasar por su «círculo cercano» para «vender» noticias de su vida personal «falsas de principio a fin», expone en alusión a una información que apuntaba a la ruptura de su relación personal con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. «No tengo nada que decirles».
Sánchez mantiene que, a diferencia de otras parejas de políticos de diferentes formaciones, su caso es «perseguido mediáticamente» y no tiene parangón en «ningún otro político».
A la pregunta de si abandonaría si es imputada, contesta que no contempla esa posibilidad «porque no hay caso": «Para que te imputen tiene que haber un delito, y no existe ningún delito».
¿Cuántos de sus compañeros se irán con ella? Sánchez evita cualquier «guerra de cifras» y desiste de emprender una «caza del militante».
También dice respetar la decisión de su compañero en las primarias Mauricio Valiente de permanecer en IU, que a su juicio va a ver «si se le bloquea o no» su participación en Ganemos Madrid.
Sánchez elude considerarse una «víctima» de la dirección de IU en Madrid, como la definió el candidato a las elecciones generales de IU Alberto Garzón, al que ve con suficiente apoyo de los militantes y las federaciones para ser «uno de los protagonistas del cambio en el país».
«Todos habremos aprendido de este proceso», aduce.
Sánchez cuenta que la gente en la calle le muestra su apoyo, no quiere entrar en si es posible una futura reincorporación a IU -expone que va a dejar de usar la palabra «jamás"- y recalca que en las próximas municipales defenderá en la ciudad donde inició su etapa política, Rivas Vaciamadrid, al actual alcalde de IU.