El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha citado a declarar el próximo 7 de julio al concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata como imputado por un supuesto delito de humillación a las víctimas del terrorismo y a Irene Villa como testigo y afectada por los comentarios que escribió en la red social Twitter.
En un auto dictado este jueves, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 admite a trámite la querella presentada por la asociación Dignidad y Justicia (DyJ), a falta de que subsane unos defectos formales, y acuerda la declaración del concejal, tal y como reclamó la Fiscalía, por los mensajes «humillantes y vejatorios» que escribió el 31 de enero de 2011.
El magistrado, que ha citado con un margen de un cuarto de hora al concejal y a la víctima de ETA, ofrece la posibilidad a Irene Villa de que solicite un cambio de fecha si no quiere coincidir en el juzgado con Zapata.
La fiscal Blanca Rodríguez consideró que los comentarios de Zapata, entre ellos uno en el que decía 'Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos', entrañan «descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas y de sus familiares».
Al pedir la imputación de Zapata, la fiscal recordaba otros polémicos tuits que propiciaron su dimisión como responsable de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid, como uno en el que bromeó sobre el holocausto judío diciendo: «¿Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero».
Si bien la fiscal entiende que este comentario «puede implicar incitación al odio y a la violencia», no le acusa por ningún delito relacionado con ello, ya que la querella de Dignidad y Justicia se basa únicamente en el artículo 578 del Código Penal, relativo al enaltecimiento del terrorismo y la humillación a las víctimas del terrorismo.
Este artículo, según recordaba la representante del ministerio público, castiga «la realización de actos que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas o de sus familiares», unos actos que, recuerda, «generan la perplejidad e indignación de la sociedad que les hace merecedores de reproche general».
Zapata dimitió el pasado día 15 como concejal de Cultura -aunque conserva su asiento en el Ayuntamiento de Madrid como concejal del distrito de Fuencarral- para no condicionar al gobierno encabezado por Manuela Carmena.
Pidió además perdón por el daño que sus comentarios pudieran haber causado, asegurando que no es antisemita, que siempre ha rechazado la violencia, y afirmó que había contactado con los afectados por sus «bromas» y que remitiría cartas a los principales señalados, como la comunidad judía.