El compromiso de Pablo Iglesias con el referéndum parece haber convencido al votante catalán y Podemos (en Catalunya, En Comú Podem) se alzó con la victoria. Ha desbancado a Convergència, que en el 2011 se presentó aún federada con Unió. El partido de Artur Mas (bajo las siglas Democràcia i Llibertat) queda relegado al cuarto puesto, empatado en escaños con el PSC a ocho diputados, aunque en votos superado por los socialistas. Los socialistas obtienen sus peores resultados históricos en unas generales en el Principado y perdiendo su vivero de votos: el cinturón industrial de Barcelona.
A Unió, de Duran Lleida, aún le ha ido peor ya que desaparece del Congreso. Así que estas elecciones implicarán seguramente el adiós a la política de un histórico, Josep Antoni Duran Lleida.
Independentismo
Tanto Esquerra como Convergència se habían pasado la campaña subrayando la necesidad de que un partido independentista ganase las elecciones para reforzar el proceso secesionista.
Algunas voces de CDC ya expresan sus críticas en privado por la estrategia llevada a cabo, según elperiódico.com. Por errática y por la incertidumbre provocada por los vaivenes en las conversaciones con la CUP para la todavía incierta investidura de Mas como presidente de la Generalitat. El resultado de los republicanos confirma que han logrado atraer a votantes de la fuerza anticapitalista.
Mientras, el PP ve como obtiene su segundo peor resultado en la historia en Catalunya. Ciutadans pierde cinco puntos respecto al 27-S.
Por su parte, Artur Mas cree que el «derecho a decidir» de Catalunya ha salido «claramente reforzado» de las generales e instó al líder de Podemos, Pablo Iglesias, a cumplir su promesa de que un referéndum de autodeterminación sea condición para pactar una investidura.