Casi uno de cada cuatro nuevos contratos laborales suscritos el pasado mes de septiembre tuvo una duración de siete días o menos, con lo que el peso de este tipo de contratos se ha duplicado respecto al que suponía antes de la crisis.
Según los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), durante el mes de septiembre se firmaron más de 1,9 millones de nuevos contratos, de los que sólo 119.800 tenía duración indefinida, es decir, que los 1,78 millones de contratos restantes eran temporales (el 94 % del total).
Dentro de los temporales, es significativo el peso que tienen concretamente los contratos con una duración igual o inferior a siete días, con un total de 448.320 contrataciones suscritas durante el mes de septiembre (el 24 % del total), que contrastan con las 206.341 de septiembre de 2007 (el 12,9 % del total).
Pero es que estos contratos de muy corta duración firmados el pasado septiembre forman parte de los más de 676.992 que no superaron el mes y de los 938.555 cuyo tiempo estimado no sobrepasará el medio año.
Según los datos del SEPE, la duración media de los contratos temporales se ha reducido en casi dos días en el último año, desde los 60,69 de septiembre de 2015 a los 58,92 días del pasado mes.
Mayor es la diferencia si nos remontamos a los años previos a la crisis, ya que el tiempo medio de los contratos se ha recortado en treinta días respecto a los 88,01 días que duraban de media los contratos temporales en septiembre de 2007, año en el que el empleo crecía al 3,2 %, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
De los datos analizados del SEPE, llama la atención que los contratos por obra y servicio (789.409) y los eventuales por circunstancias de la producción (766.602) fueron los más frecuentes en septiembre.
Pero precisamente esta última modalidad, la de los contratos eventuales por circunstancias de la producción, es la elegida en la mayoría de las contrataciones de muy corta duración, con 340.201 contratos firmados que duraron un máximo de una semana.
La elevada temporalidad refleja el alto componente estacional del mercado laboral español, de forma que es el sector servicios el responsable de la mayoría de los contratos con una duración máxima de una semana (con 378.509 contrataciones en septiembre). Le sigue la industria (52.483), la agricultura (13.251) y la construcción (4.077).
Además, la mayoría de estos contratos de tan corta duración tenían una jornada completa (269.005) y el resto, parcial (179.315).
Edad
En función de la edad, estos contratos de muy poca duración se concentran en trabajadores muy jóvenes, de entre 20 y 29 años (157.000 contratos), seguidos por los de 30 y 39 años (126.000), y se realizan sobre todo a personas que no han llegado más allá de los estudios básicos.
En cuanto al grupo de ocupación, estos contratos de una semana como máximo se concentran en los trabajadores de servicios de restauración (182.135) y en ocupaciones elementales (142.730), en actividades como la hostelería (166.238), aunque también administrativas y de servicios (53.854) y de la industria manufacturera (51.230). Esta alta temporalidad que reflejan los datos es habitualmente denunciada por los sindicatos.
UGT ha pedido recientemente que sea obligatorio que los empresarios aporten una justificación cuando realicen un contrato laboral con una duración inferior a siete días.
Además, ha denunciado la utilización «perversa, descausalizada e ineficiente de la contratación temporal» y ha reclamado, entre otras cosas, que la Inspección de Trabajo intensifique la vigilancia y penalice el uso injustificado de los contratos de corta duración.