La fundación FAES ha emplazado este jueves al Ejecutivo de Mariano Rajoy a actuar ya ante el «ataque frontal» a la ley y a la democracia del presidente catalán, Carles Puigdemont, y no permanecer en la «inacción». Es más, cree que si no lo hace, se deben convocar unas elecciones generales para que los españoles decidan cómo se afronta esta «coyuntura crítica para España».
En medio de la crisis abierta en Cataluña tras el 1 de octubre, la fundación que dirige José María Aznar subraya que ya no cabe insistir «ni un minuto más en los errores», tanto de «diagnóstico como de gobierno» que, a su juicio han impedido «establecer una estrategia eficaz y temprana frente al empuje del secesionismo».
A su entender, esa falta de estrategia ha llevado a «ignorar la necesidad de articular discursos y políticas movilizadoras de los millones de catalanes que no están dispuestos a secundar los saltos hacia el abismo». Incluso habla de errores de opinión que han mostrado una «rara combinación de triunfalismo y banalización» de lo que ocurría en Cataluña mientras el 'procés' avanzaba.
«DRAMÁTICA SENSACIÓN DE ABANDONO INSTITUCIONAL»
Según FAES, los acontecimientos en Cataluña producen un «estupor» que, en muchos catalanes, se ha manifestado en una «dramática sensación de abandono institucional». En su opinión, el «acoso» a la Policía y la Guardia Civil ha agravado esa sensación, «ante la impunidad de los que saben que si consiguieran desalojar a las Fuerzas de Seguridad, desalojarían, simbólica y realmente, al propio Estado».
Y en esta «hora crítica» y ante un «inocultable vacío», alaba el mensaje del Rey, en el que emplazaba a los «legítimos poderes» del Estado a asegurar el orden constitucional en Cataluña. Según dice, la nación española ha encontrado «de nuevo» en la Corona «su mejor intérprete, sensibilidad, aliento para superar esta crisis y fortaleza en la defensa de la unidad y permanencia de España».
Por ello, dice que la nación «merece ser defendida» y convocada con urgencia por sus instituciones «para dar continuidad a su mejor trayectoria». Aunque admite que, «seguramente, lo que pueda hacer sólo el Gobierno no sea suficiente», es «absolutamente indispensable» que lo haga «el primero», para así «abrir el paso a todo lo demás».
«DECISIONES APREMIANTES» QUE PUEDEN SER «CRÍTICAS»
A cinco días de que el Pleno del Parlamento catalán debata sobre la declaración unilateral de independencia, FAES resalta que hay por delante «decisiones apremiantes que pueden resultar críticas», en alusión velada a mecanismos como el artículo 155 de la Constitución --que no menciona en ningún momento-- y que permite al Estado a adoptar las medidas necesarias para obligar a una comunidad autónoma al «cumplimiento forzoso» de sus obligaciones.
Según destaca, ahora urge enfrentar «no un simple desafío, sino un ataque frontal a la ley, a la democracia» y a los derechos de los ciudadanos. «A España, en suma. Un ataque que está en curso y que no ha perdido posiciones desde que se inició. Al contrario. Hasta el punto de que sus primeros responsables continúan desarrollando sin mayor obstáculo su actividad ordinaria», se queja.
Por todo ello, emplaza al Gobierno del PP a «activar toda la potencia política prevista para la defensa de la Constitución» y no buscar excusas para continuar «en la inacción» ni «ampararse en cálculos de oportunidad, eficacia o coste».
«El Gobierno debe actuar tal y como la nación necesita que lo haga. Buscando cuantos apoyos pueda, pero sin ellos si eso retardara o condicionara el cumplimiento de su mandato constitucional», asegura, para añadir que «la ley es el precio de la libertad, la libertad es el premio de la ley».
Es más, FAES subraya que si el Ejecutivo de Mariano Rajoy no encuentra el «ánimo» para actuar o tuviera que reconocer «su incapacidad», debería «otorgar a los españoles la posibilidad de decidir qué gobierno, con qué propuesta y con qué apoyo electoral se deberá hacer frente a esta coyuntura crítica para España».
«PULSIÓN ENFERMIZA» DE EXCLUIR AL PP
Asimismo, en su análisis, la fundación de Aznar señala que no se ha entendido que, junto al nacionalismo radicalizado, en la reivindicación secesionista han confluido el populismo antisistema y el revisionismo del pacto constitucional que, según dice, desde hace tiempo viene promoviendo un amplio sector de la izquierda «decidida a destruir la Transición, como pacto y como narrativa de reconciliación entre los españoles».
A su entender, de todo ello hay antecedentes demasiado próximos como para ignorarlos, porque es esa confluencia de secesionistas, populistas antisistema y revisionistas de la Transición «la que está situando al Estado democrático en esta encrucijada».
A todo ellos, subraya, les une el objetivo de «demoler el sistema constitucional de 1978» y, de nuevo, «la pulsión enfermiza de excluir mediante su demonización a la representación política del centro derecha español, que representa mayoritariamente el PP.