El Código Penal de Alemania castiga con una pena que va de los 10 años hasta la cadena perpetua la alteración del orden constitucional y los intentos de escindir una parte del Estado alemán. Así lo indica el artículo 81 del Código Penal alemán que no incluye la palabra «rebelión», pero sí la «alta traición», definida en términos muy similares.
La legislación alemana es, en ese sentido, más parecida a la española que la de Bélgica, donde el expresidente catalán Carles Puigdemont huyó el pasado 30 de octubre para dificultar la acción de la Justicia española, logrando finalmente que se retirase una euroorden ahora de nuevo en vigor, desde el viernes. Al ser sorprendido en Alemania, Puigdemont podría ser entregado con más facilidad a España.
La legislación alemana es incluso más dura que la española. El artículo 472 del código español, que regula la rebelión, indica que se aplica a «los que se alzaren violenta y públicamente» para «derogar, suspender o modificar total o parcialmente la Constitución» o «declarar la independencia de una parte del territorio nacional».
El alemán no habla sólo de violencia sino que amplia los supuestos a «la amenaza de la fuerza» para «perjudicar la existencia de la República Federal de Alemania» o «cambiar el orden constitucional que se basa en la Ley Básica de la República Federal de Alemania».
Se considera alta traición «incorporar el territorio de un Estado total o parcialmente a otro Estado de la República Federal de Alemania o separar una parte de un Estado. El artículo 155 de la Constitución española, que ha permitido la intervención, es también muy similar al 37 de la Ley Básica alemana. Con una salvedad, el alemán no exige una mayoría absoluta de la cámara alta, como sí indica la legislación española.
Extradición
El expresidente catalán Carles Puigdemont, detenido este domingo en Alemania a raíz de la euroorden de detención emitida por el Tribunal Supremo, deberá comparecer este lunes ante el Tribunal administrativo de Schleswig-Holstein para iniciar el proceso de revisión de la petición de las autoridades españolas.
Puigdemont se encuentra en una cárcel de la localidad de Neumünster, al sur de Kiel, donde ingresó tras ser detenido a las 11.19 horas de este domingo en una estación de servicio de la autopista A7, poco después de entrar en territorio alemán por Dinamarca.
El cometido de la comparecencia de este lunes es comprobar la identidad del detenido e iniciar los trámites del proceso para decidir sobre la euroorden emitida por la Justicia española.
Las autoridades españolas trabajan para poder enviar cuanto antes toda la documentación correspondiente traducida al alemán a las autoridades judiciales de este país, según han informado a Efe fuentes policiales.
El arresto de Puigdemont abre un proceso judicial en Alemania que deberá estudiar la Orden Europea de Detención y Entrega, que dispone de un plazo que va de 10 días a un máximo de 60, prorrogables a 90 en casos excepcionales, para decidir si lo extradita a nuestro país. Según recoge la legislación europea, si el detenido manifiesta su consentimiento de entrega a su país, se hará efectiva en un plazo de 10 días tras haberse manifestado el consentimiento. En cambio, en los demás casos, la decisión sobre la ejecución de la euroorden debería tomarse en un plazo máximo de 60 días tras la detención.