El jefe del Ejecutivo y candidato a la reelección, Pedro Sánchez, ha cerrado este viernes la campaña del PSOE a las generales del domingo ante 3.000 personas en Barcelona presentando a los socialistas como la "esperanza" de Cataluña y España frente al extremismo que representan los independentistas y los "franquistas" de Vox.
En un mitin en el Pabellón Textil de la Fira de Barcelona, Sánchez ha presumido de ser el primer presidente del Gobierno que cierra una campaña de las generales en Barcelona y ha reivindicado que la Cataluña a la que representan los socialistas es la que "quiere convivencia y no confrontación", la del "orden democrático y la no violencia", la de "las soluciones y no del conflicto".
Con una oposición de derechas exigiendo al Gobierno más mano dura frente al independentismo en Cataluña y con unos separatistas desafiando de nuevo al Estado, Sánchez ha advertido de que "el más fuerte no es el que más grita", sino el que "con emoción impone la razón sobre el odio". "Y cuando superemos la crisis de convivencia que vive Cataluña porque la vamos a superar entre todos, se va a reconocer la contribución única del Partido de los Socialistas Catalanes", ha vaticinado, como ha augurado que el PSC será primera fuerza política en Cataluña el 10N, lo que ha motivado que el público asistente comenzase a corear 'ista, ista, ista, Cataluña socialista'.
Como está convencido, ha añadido, de que en las próximas autonómicas la fuerza más votada será el PSC con Miquel Iceta como candidato.
"Aquí está la Cataluña que nosotros defendemos. No hay una Cataluña, hay muchas Cataluñas afortunadamente, como no solamente hay una España, hay muchas Españas afortunadamente", ha defendido.
En un intento de movilizar el voto progresista contra la ultraderecha, Sánchez se ha referido a la proposición no de ley aprobada el jueves en la Asamblea de Madrid por la mayoría de PP, Ciudadanos y Vox, a iniciativa de estos últimos, como ejemplo de cómo las posiciones más "ultras" están arrastrando a la derecha.
En este contexto, ha presentado el voto al PSOE como el único que garantiza la posibilidad de que se puede formar un Gobierno fuerte frente a la precariedad actual y el bloqueo; un Ejecutivo progresista ante la ultraderecha y moderado frente a los extremismos.
Acto seguido ha reivindicado la acción de su gobierno como prueba de que los socialistas cumplen sus promesas. Así, ha recordado la subida del Salario Mínimo Interprofesional y de las pensiones, los recursos destinados a la lucha contra la violencia de género, las políticas para promover la igualdad entre hombres y mujeres, la reversión de los recortes educativos, la lucha contra la precariedad laboral, la recuperación del subsidio para parados de más de 52 años o la exhumación de Franco.