La Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos ha publicado el documento 'Priorización de las decisiones sobre los enfermos en estado crítico en una catástrofe sanitaria' en el que, entre otras cuestiones, recuerda a los profesionales que deben actuar con «responsabilidad, prudencia, precaución y protección».
Asimismo, y para la adecuada atención a pacientes con infección por la COVID-19, en el documento se señala la necesidad de que se exija una «adecuada» disponibilidad de equipos de protección individual (EPIs) para los facultativos y sanitarios implicados en la atención de pacientes infectados por la COVID-19.
«El médico debe lealtad al enfermo y tiene que asistirle, nunca puede abandonarle, aunque ello le suponga un riesgo personal quedebe ser minimizado. Al mismo tiempo, tiene que protegerse y proteger de la extensión de la enfermedad a los demás con todo loque tenga disponible», señala el organismo.
No obstante, apostilla, este deber tiene su excepción en la situación de riesgo vital «inminente e inevitable» para su persona. Así, establece que sólo en casos de excepción, «cuando de forma extrema se pongan en peligro valores tan importantes como su propia vida», de forma inminente y a la vez inevitable (teniendo en cuenta, por ejemplo, si tienen factores de alto riesgo, como una edad avanzada o comorbilidad), podrá, legítimamente, sentirse eximido de ocupar posiciones y realizar tareas de alto peligro.