El término inflamación silenciosa se puede definir como “el daño que van sufriendo los tejidos del organismo a través de los años sin manifestar sintomatología alguna. Esta condición sucede por un desbalance hormonal tanto de la hormona insulina como de los eicosanoides”, según la revista médica Medigraphic.
Se trata por tanto de un desequilibrio crónico de un órgano o tejido, que según los estudios al respecto está causado por una alimentación inadecuada, el sedentarismo, el sobrepeso y el estrés. Todos estos factores juntos van alterando progresivamente el equilibrio metabólico y hormonal, así como el sistema cardíaco, hepático, articular y cerebral. En definitiva, cualquier víscera u órgano sometido a sobrecarga es susceptible de sufrir este proceso inflamatorio.
Un estudioso de este proceso en el organismo es el Dr. Sears del Instituto Tecnológico de Massachussets. Este médico propone como solución el restablecimiento del equilibrio hormonal y metabólico mediante una alimentación adecuada como base del tratamiento. También los suplementos de omega 3 y en algún caso, los compuestos antiinflamatorios juegan un importante papel. En farmacia 4 Estaciones se pueden encontrar estos suplementos de origen natural para ayudar a combatir este padecimiento invisible.
Cómo restaurar el equilibrio metabólico
Los agentes inflamatorios pueden ser biológicos (bacterias, virus, parásitos u hongos), físicos (radiaciones, frío, calor), químicos (toxinas), traumatismos, alteraciones vasculares o alteraciones inmunitarias. A su vez, hay cinco signos que pueden ayudar a detectar la inflamación en general cuando es visible, que son: el enrojecimiento, el calor, el dolor y la tumefacción de la zona afectada, así como la pérdida de función de la misma.
Lo que ocurre, es que, con la inflamación silenciosa, todos esos signos de alarma pasan inadvertidos, porque se trata de un proceso que ocurre en el interior del organismo, y por tanto se vuelve invisible. Según el Dr. Sears, la forma de lograr un reequilibrio del sistema hormonal y metabólico es siguiendo las siguientes pautas:
- Moderar la ingesta de hidratos de carbono. Si se toman hidratos es mejor evitar los refinados y optar por los integrales, ya que estos últimos producen menor inflamación.
- Elevar el consumo de proteínas no procedentes de origen animal. Las carnes rojas, los embutidos y los quesos curados se han de eliminar por completo de la dieta.
- Disminuir la ingesta de grasas saturadas.
- Suministrar suplementos de omega 3 e ingerir alimentos naturales ricos en este compuesto como aguacates, nueces, semillas, pescados de agua fría y aceite de linaza, soja y canola.
- Hacer ejercicio de manera regular. La OMS recomienda caminar 10.000 pasos cada día.
- Descansar de forma adecuada. Hay que respetar los horarios de sueño y tratar de no ingerir comidas copiosas antes de acostarse, además de descansar como mínimo ocho horas seguidas.
Un buen resumen de este método es consumir un 40% de hidratos, un 30% de proteínas, otro 30% de semillas y aceites vegetales, tomar suplementos de omega 3 (250 mg al día como mínimo), hacer deporte cada día y dormir ocho horas.
De no seguir estas indicaciones las consecuencias podrían ser muy negativas para la salud. De hecho, se ha descubierto que este tipo de inflamación es un componente habitual en un gran número de patologías degenerativas que afectan a distintos sistemas: cardiovascular, nervioso, endocrino, etc. Es más, profundamente relacionado con este hecho se encuentra una alteración en el funcionamiento de las mitocondrias.
Inflamación silenciosa y función mitocondrial
Las mitocondrias son orgánulos celulares encargados principalmente de suministrar energía a la actividad celular para que sea posible llevar a cabo todos los procesos vitales. Están directamente relacionadas con el metabolismo de los carbohidratos y los lípidos además de regular la apoptosis (muerte celular programada) y el metabolismo oxidativo.
Con esta importante función en sus espaldas, las mitocondrias pueden llegar a verse sobrepasadas en su esfuerzo por regular un organismo saturado por el proceso de la inflamación crónica o silenciosa. Cuando esto ocurre, los desequilibrios del metabolismo y las hormonas comienzan a aparecer.
Lo peor de todo es que estos desequilibrios ya mencionados, perpetúan la inflamación, haciendo que este proceso se retroalimente y sea muy difícil de atajar. Por ello, es fundamental restablecer la producción de energía celular mediante cambios en el estilo de vida. Reducir el estrés, mejorar la calidad del sueño y optar por una alimentación más saludable, además de hacer actividad física a diario, son fundamentales para evitar este peligroso proceso.
A modo resumen se podría decir que este proceso hace que el cuerpo comienza a sumar años; envejece más rápido que su tiempo biológico, y por tanto deja de realizar su actividad protectora. Por eso, las personas con obesidad, diabetes, colesterol, triglicéridos o que llevan un ritmo de vida muy acelerado son las candidatas a padecerla, aunque nadie está exento de un desarrollo tan sutil pero dañino para el organismo.