Óliver, el niño que tiene en vilo a mucha gente, ha dado un paso de gigante para agarrarse a la vida. El pequeño de dos años y medio se ha sometido este viernes para resolver una hidrocefalia. Así lo ha comunicado a los medios el Hospital Sant Joan de Déu, en la que es la primera de dos intervenciones a las que tendrá que enfrentarse. «La intervención ha sido satisfactoria», señala el mismo personal del Hospital.
Óliver y su familia viajaron este miércoles desde México hasta Barcelona para aferrarse a la vida de cualquier manera. Un donante anónimo y sin ánimo de lucro hizo posible el viaje en un avión medicalizado con un ingreso de casi 200.000 euros, a cambio de mantener el anonimato y de una factura para justificar el pago. Ya en Barcelona, se realizaron diferentes pruebas para corroborar que el diagnóstico de los médicos de México, dónde ya le habían drenado el líquido era acertado o no había evolucionado demasiado.
Con esta intervención inicial, se le ha implantado una válvula de derivación ventricular peritoneal para tratar su hidrocefalia (acumulación de líquido en el cerebro) y controlar la hipertensión intracraneal. Para la semana que viene está prevista una operación para extirparle el tumor cerebral, aunque no hay fecha exacta, se estima que será a finales. Con la primera fase resuelta con éxito, Óliver empieza a ver la luz al final del túnel y la próxima será definitoria para poder recuperar el halo de esperanza del pequeño.