El radón es un gas radiactivo que se produce y se encuentra en el ambiente de manera natural, como resultado de la cadena de desintegración del uranio-238. Se trata de un gas considerado desde hace 34 años como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud y es la segunda causa de cáncer de pulmón, tras el tabaco.
Existe una directiva de la UE que obliga a todos los países miembros a proteger a sus ciudadanos del gas radón, sin embargo, España aún no la ha adoptado, pese a que el plazo para ello finalizó hace cuatro años y medio. Cada año mueren más de 1.500 personas en España por cáncer de pulmón atribuible al radón, según expertos médicos. Un grave problema de salud pública que, sin embargo, es desconocido por la mayoría de la población.
Aunque el gas radón no suele presentar niveles altos muy altos al aire libre, según explica el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), se acumula en mayor medida en las viviendas o en las zonas con suelos muy permeables o con alto contenido en radio-2226.
El CSN ha desarrollado un mapa en el que se pueden ver las zonas de nuestro país con mayor concentración de radón, y también pueden visualizarse las zonas con un porcentaje significativo de edificios residenciales con concentraciones superiores a 300 Bq/m3.