Pedro Sánchez intensifica un mensaje que lleva lanzando meses y con el que pretende movilizar a su electorado, clave para ganar los procesos electorales venideros: el Ejecutivo socialista gobierna "para la mayoría social" y "no se inclina ante los poderosos", algo que a su juicio sí hace el Partido Popular, del que ha dicho que es "capaz de todo" tras enumerar los casos de corrupción en los que se ha visto envuelto la formación conservadora en los últimos años. Así se ha pronunciado en el discurso con el que ha abierto el Comité Federal que el PSOE celebra este sábado, que da el pistoletazo inicial a la precampaña para las elecciones municipales y autonómicas de mayo con la ratificación de las listas. Las ausencias más destacadas, las de Emiliano García-Page, Javier Lambán, Ximo Puig y Francina Armengol.
En su intervención, que ha durado alrededor de una hora, Sánchez ha puesto en la diana al principal partido de la oposición. En especial, a dos de sus últimos tres líderes: Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo. A Pablo Casado, de hecho, le ha llegado a loar en cierta manera por haber marcado "una distancia nítida" con Vox, mientras el actual presidente del PP "se acerca". "Hemos pasado de la colisión de Casado con Vox, a la colusión de Feijóo", ha lanzado el presidente, que ha insistido en otra de sus estrategias que lleva tiempo desplegando: azuzar el miedo a la formación liderada por Santiago Abascal, con quien los ‘populares' "pactarán si suman".
Para su antecesor en el Palacio de la Moncloa también ha tenido un recuerdo. Del Gobierno de Rajoy ha dicho que era "antisocial" y que "chapoteaba en la corrupción, pues era capaz de cobrar comisiones para pagar su sede, de cobrar sobresueldos, de destruir pruebas de sus fechorías a martillazos o de corromper policías para encubrir sus delitos", ha asegurado en referencia al caso Kitchen. "Un partido", ha resumido, "capaz de todo".
Del Partido Popular y de Vox también ha criticado su afán por "pedir elecciones anticipadas" para "volver a hacer lo que hicieron en 2013". Esto es, "congelar pensiones, becas, precarizar empleos y recortar, recortar y recortar el Estado del Bienestar". "El programa de la ultraderecha es el mismo, pero con más fanfarria y con un plus de ensañamiento con mujeres, inmigrantes y homosexuales", ha lanzado ante el plenario.
Frente a esto, ha puesto de ejemplo a su Ejecutivo, que "gobierna para la gente". Así, ha detallado los logros del Gobierno de coalición -sin mentar a Unidas Podemos ni sus últimas polémicas, como la reforma de la ley del 'solo sí es sí'-. Según ha asegurado Sánchez, los primeros datos del paro de marzo "apuntan a que el primer trimestre serán histórico", con la creación de un millón de empleos más que antes de la pandemia. Además, también ha mentado la subida de las becas y la ley de paridad, que obligará a las empresas a contar con el 40% de mujeres en sus consejos de administración. También la recepción de fondos europeos, cuyos datos ha reivindicado Sánchez para discutir el relato que Ferrovial dejó caer tras anunciar que trasladaría su sede social. "Somos el sexto receptor, no europeo si no mundial, en inversiones, por encima de potencias como Francia, China o Japón", ha asegurado.
Todo ello, sin olvidar una reforma capital para Moncloa que el presidente pretende explotar hasta la extenuación: la reforma de las pensiones, recién aprobada en Consejo de Ministros. Para el presidente, "la modernización del sistema de pensiones es la clave de bóveda del Estado del Bienestar" y "refuerza el pacto entre generaciones". Para finalizar su discurso, Sánchez ha dado por seguro que el PSOE ganará las elecciones municipales y autonómicas de mayo para «gobernar como gobierna el PSOE, para la gente».