Laura y Manu, una joven pareja que vivía en una de las viviendas arrasadas por el incendio de Campanar en València, afronta sus primeras horas tras la tragedia entre la incertidumbre de qué hacer tras "perderlo todo" en su "primera casa" de alquiler y el sentimiento de comunidad entre todos los vecinos afectados. "Nos encontramos sin nada, pero estamos vivos", declaran.
"Más que apenarnos, vamos a intentar estar todos a una. Somos unos suertudos porque hay gente llamando a sus hijos y no les cogen el teléfono", han contado a los periodistas tras pasar la noche en el hotel SH Valencia Palace, habilitado como alojamiento provisional para una treintena de vecinos afectados.
Esta pareja, que llevaba tres años de alquiler en una vivienda del noveno piso del segundo bloque incendiado, recuerda la incredulidad con la que vivieron las primeras horas de la tragedia.
Laura estaba duchándose, cuando salió y se percató de que olía a humo, tras lo que cerró las ventanas de la habitación y el comedor y cogió la chaqueta para salir de su casa. Entonces, cuando abrió la puerta, vio "un poquito de humo" y decidió bajar por las escaleras en lugar de en ascensor, cuando se encontró con los bomberos: "Salí por patas y, a los dos minutos, mi terraza, mi césped, estaba incendiado".
"Nos encontramos sin nada. Bueno, estamos vivos. Estamos en un hotel, pero obligados. Como si esto fuera una pesadilla y ahora nos vayamos a despertar y lo vemos por la tele y uno aparece en nuestra casa", han manifestado.
"UNA LLAMARADA QUE NO TE CREES"
Esta pareja, maestra y entrenador deportivo, relata cómo "en cuestión de minutos" fueron ardiendo los pisos con "una llamarada que no te crees": "Lo estás viendo y dices: ¿esa es mi casa?".
Menos de 24 horas después, ambos coinciden en destacar que "por suerte" pueden contarlo, tras pasar una dura noche en el hotel mientras su teléfono no dejaba de sonar con llamadas de familiares y amigos. Ahora sobre todo piensan "en las familias que no saben nada" y en los vecinos con los que se mantienen permanentemente en contacto.
"No sé qué vamos a hacer ahora, si hacer una lista, no tenemos ni idea: no tenemos tarjetas del banco, llaves del coche, el coche está en el garaje: no tenemos nada. No sabemos si irnos a que nos dé el aire. No sé qué es lo más básico ni lo primero que tenemos que hacer, suponemos que ir a por algo de ropa (...) Ahora sí que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes", han expuesto.
En el hotel donde de momento están alojados se ha habilitado un equipo de psicólogos en la séptima planta, al que acudirán "en caso de necesidad" porque "hay familias mucho más afectadas". La Policía también les contactó para realizar un recuento de los vecinos afectados.
"Los vecinos nos hemos preguntado si hemos pasado la noche todo lo bien que se puede: ellos nos entiende y nosotros los entendemos. Todo el mundo nos dice lo mismo, con el mayor cariño y afecto, pero nosotros no tenemos nada", han aseverado.
En cualquier caso, Laura y Manu estarán "todos a una" con los vecinos porque son conscientes de que son "unos afortunados". "Hay gente con hipotecas de 20 años y gente que llama a sus hijos y no les cogen el teléfono, con eso ya es suficiente", han zanjado.