Los Mossos d'Esquadra han iniciado una investigación por el asesinato a plena luz del día de un hombre en el municipio de Montgat, en la provincia de Barcelona. La víctima, identificada como David Caballero, un conocido exestibador y, al parecer, figura del crimen organizado, fue ultimada el pasado viernes mientras desayunaba en la terraza de la cafetería Trastevere, situada frente al colegio Hamelin Internacional School, adonde acababa de llevar a su hijo.
Según publica la Cadena Ser, a las 09.11 horas, un individuo se aproximó por la espalda a Caballero y le disparó a quemarropa en la nuca, causando su muerte de inmediato. Tras cometer el crimen, el agresor huyó junto a un cómplice que lo esperaba en una moto scooter de color negro a pocos metros del lugar, y ambos se dieron a la fuga rápidamente. La policía ha activado un dispositivo para dar con los responsables, aunque aún no ha logrado su detención. Según los testimonios de los presentes, el autor del asesinato sería un hombre de unos 35 a 40 años, de pelo escaso y vestido con ropa oscura.
Las investigaciones continúan abiertas y los Mossos no descartan ninguna línea de indagación, aunque todo apunta a que el crimen podría estar relacionado con un ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico, dada la relación que al parecer mantenía Caballero con diversos grupos delictivos a lo largo de los años.
David Caballero, conocido en su entorno como Bubito, era una figura familiar tanto en el puerto de Barcelona como en el mundo del fútbol y, especialmente, en los 'bajos fondos'. A lo largo de su vida, estuvo en el radar de las fuerzas de seguridad por posibles vínculos con el tráfico de drogas, aunque nunca fue condenado por tales delitos. En 2015, fue acusado de colocar un paquete con un kilo de cocaína en el vehículo de un compañero estibador con el que mantenía un conflicto personal, pero finalmente no se le procesó. Además, su historial criminal incluía varios incidentes violentos en el ámbito del fútbol, en especial como presidente y entrenador del club Barceloneta Futsal de Segunda B. Durante su etapa en el fútbol, Caballero estuvo involucrado en peleas y agresiones en los partidos, algunos de los cuales llegaron a los tribunales. Este mismo diciembre debía enfrentarse a juicio por un altercado ocurrido en las gradas de un partido de fútbol sala, uno de los pocos casos judicializados contra él debido al miedo de los testigos a represalias por su poder en el bajo mundo.
La noticia de su asesinato ha causado gran revuelo en el entorno futbolístico, así como en el puerto de Barcelona, aunque no ha sorprendido a muchos. Varios compañeros y conocidos de Caballero aseguran que su muerte era solo cuestión de tiempo, según publica la Cadena Ser, dadas las estrechas conexiones que parecía mantener con el mundo del crimen. "Era algo que tenía que pasar", afirma un exjugador de fútbol sala que coincidió con él en varias ocasiones. A pesar de su fama de persona violenta y sus vínculos con el narcotráfico, Caballero también contaba con una red de contactos leales. "Un día me robaron el retrovisor de la moto. Al día siguiente le comenté lo sucedido y me dijo: 'No te preocupes, dame dos días'. Y efectivamente, a los dos días ya tenía mi retrovisor de vuelta", recuerda un entrenador que trabajó con él.
Fuentes cercanas aseguran que Caballero había dejado de trabajar como estibador, pero seguía vinculado al Puerto de Barcelona. Tras un periodo de residencia en Abu Dhabi, había regresado recientemente a Barcelona y se había instalado en una lujosa mansión en Alella, en la comarca del Maresme. Su estilo de vida ostentoso, con vehículos de lujo como un Aston Martin, y la aparente fortuna de algunos de sus jugadores, que ganaban grandes cantidades de dinero, alimentaban los rumores sobre sus actividades ilícitas. "Nadie hace ese dinero en el fútbol sala de Segunda", afirman personas cercanas a su entorno.
El crimen, que ha dejado conmocionada a la comunidad local, sigue siendo investigado por los Mossos, que intentan esclarecer los motivos de esta brutal ejecución.