El Papa ha defendido los derechos de los indígenas frente a la «uniformidad asfixiante» que nace normalmente de la imposición y predominio «del más fuerte» en una misa en Temuco, la capital de la Araucanía, una de las zonas calientes del conflicto mapuche, durante su tercera jornada de visita en Chile.
«La unidad no nace ni nacerá de neutralizar o silenciar las diferencias», ha exclamado Francisco durante la celebración en la que estaban presenten varios grupos de las principales comunidades indígenas del país: mapuche, rapanui (Isla de Pascua), aymara, quechua y atacameños.
Desde un primer momento, el Pontífice ha dejado claro que ofrecía la celebración a «todos los que sufrieron y murieron, y por los que cada día llevan sobre sus espaldas el peso de tantas injusticias».
Francisco ha hecho un llamamiento a la unidad entre chilenos e indígenas que, según ha dicho, no es la «integración forzada» ni la «marginación armonizadora» y ha invitado a poner en práctica actitudes que derroten el «avasallamiento de unos sobre otros» en el país.
Así, ha invitado a llevar a cabo una «diversidad reconciliada» que no tolere que en su nombre «se legitimen las injusticias personales o comunitarias» al tiempo que ha instado a dejar de lado «la lógica de creer que existen culturas superiores o inferiores». «Un bello 'chamal' requiere de tejedores que sepan el arte de armonizar los diferentes materiales y colores; que sepan darle tiempo a cada cosa y a cada etapa. Se podrá imitar industrialmente, pero todos reconoceremos que es una prenda sintéticamente compactada», ha valorado.
En su discurso, también ha querido alertar de los peligros que amenazan la unidad comenzando por los «bellos acuerdos que nunca llegan a concretarse». Para el obispo de Roma, también las «palabras bonitas» que no van más allá de eso con una forma de «violencia» porque «frustra la esperanza». En segundo lugar, ha condenado la violencia y la destrucción al señalar que «no se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división».
Por ello, ha pedido que se busque en Chile «el camino de la no violencia activa» como camino para el diálogo y ha reclamado a la población ser artesanos de unidad y de paz.
La celebración ha tenido lugar en el aeródromo de Maqueue, un área que se sitúa dentro de las más de mil hectáreas de terreno que varias comunidades mapuche del sector Maquehue consideran de su propiedad. De hecho, gran parte de las reivindicaciones de los mapuche tiene que ver con la recuperación de al menos una parte de su territorio ancestral.
Está previsto que el Papa comparta el almuerzo con nueve miembros del pueblo mapuche, que confían en que la visita del papa sirva para promover su causa.