Con el afán de que a uno no le den gato por liebre pueden suceder cosas inesperadas. Tal es el caso de un comprador chino que quiso cerciorarse de una forma peculiar que a la postre resultó peligrosa de que el teléfono iPhone que le estaban vendiendo en una tienda era auténtico y no una imitación.
Un vídeo, extraído de las cámaras de seguridad del establecimiento que ha corrido como la pólvora -nunca mejor dicho- por las redes sociales, muestra el momento en que el hombre muerde el terminal.
El bocado debió ser potente, pues causó algún tipo de cortocircuito en la batería del smartphone, que acabó explotando de una forma bastante espectacular.
Nadie resultó herido de consideración, aunque el susto fuera considerable.