A las ocho y cuarto de la tarde del 22 de agosto, un padre y su hijo entraron en un supermercado de la calle Cala Blanca, en Palmanova. El adulto llevaba un granizado en la mano y el niño iba sin camiseta. Observaron las colchonetas que hay en el exterior y pincharon seis con una aguja como si hicieran vudú. Están valoradas en 200 euros.
Las cámaras de seguridad captaron la acción. La copropietaria del establecimiento, Daniela Bonuccelli, compartió las imágenes en Facebook. «Estoy decepcionada por lo que ha pasado en nuestro supermercado. Si alguien los conoce o sabe dónde se alojan, por favor que nos lo haga saber».
El adulto regresó al local con su hijo este jueves a las ocho de la mañana para comprar tabaco. El marido de Bonuccelli, dueño también del supermercado, le comentó que vio cómo pinchaba las colchonetas. «Él confesó y me pidió un descuento. Me pagó 140 euros», explica el hombre.
«¿Destrozas mis colchonetas y encima me pides un descuento?», se pregunta el propietario del establecimiento mientras enseña los parches que ha puesto a las seis colchonetas. Ya no sirven. Las exponen como ejemplares de muestra. «Soy madre y no concibo que un padre enseñe esto a su hijo», lamenta Bonuccelli.