Tensión en pleno vuelo. Varios pasajeros vivieron momentos de pánico en un viaje en avión entre Kosovo y Suiza. Durante el trayecto, una azafatas que repartía el catering se estampo contra el techo debido a una fuerte turbulencia.
Un movimiento que desató el pánico entre los pasajeros y que hizo que las bebidas que llevaba la azafata acabasen por el suelo. Tras la turbulencia, se escucharon gritos e incluso una mujer se puso a rezar.
Aunque el avión aterrizó sin problemas, una decena de personas necesitaron asistencia médica por heridas leves.
Lo he vivido en mis carnes en un Barcelona-Palma, a la azafata le pusieron un collarín las compañeras y ya en Palma la vinieron a buscar con camilla y ambulancia, todo el mundo se esperó para salir. El avión pegó un crujido alucinante y todo acabó escampado por todas partes (en aquel entonces todavía te regalaban aquel horrendo zumo). Ahora cuando hay turbulencias no me asusto demasiado, porque tengo clara la extraordinaria resistencia de estos cacharros voladores. Era un 737, de verdad que no se olvida.