Un cometa es un cuerpo celeste que forma parte del sistema solar y que está formado por hielo, polvo y rocas, y que orbita alrededor del Sol. En concreto, el cometa Neowise está dentro de la categoría de los que se denominan «grandes», por lo que se puede ver a simple vista.
Este cometa ha adoptado el nombre del telescopio espacial de la NASA con el que fue avistado por primera vez el pasado 23 de marzo y, desde el mes de julio, este cuerpo celeste puede verse sin necesidad de telescopios.
Así, Neowise tendrá su punto máximo de acercamiento a la Tierra el día 23 de julio, cuando pase a una distancia de 103 millones de kilómetros.
El cometa es visible desde comienzos del mes de julio y es posible verlo estos días, justo antes del amanecer. Apenas se puede avistar durante una media hora, debido a que la luz del alba lo hace desaparecer. Sin duda, merece la pena madrugar para contemplar este cometa, que no volverá antes de unos 7.000 años, tal y como informa Europa Press.
«Hay que aprovechar del momento y el buen tiempo este verano para avistar a un objeto tan espectacular como este, un hecho que no pasaba en nuestra latitudes desde el 1997, con el cometa Hale-Bopp», explica el astrónomo Gilles Bergond.
Neowise se mueve un poco más hacia el acimut norte cada día y acabará siendo visible en el crepúsculo de la tarde a partir del día 23 de julio, cuando podrá verse bien al atardecer. El cometa irá perdiendo brillo, pero el contraste será mayor por la oscuridad de la noche, que se verá favorecida por una delgada Luna creciente.