Con la llegada del verano, del calor y de la mayor exposición al sol es fundamental cuidar la piel. Para ello, antes de ponerse al sol conviene aplicarse crema solar con un factor de protección suficiente y evitar las horas centrales del día, cuando los rayos inciden con mayor fuerza.
Igualmente, tras tomar el sol, es muy importante aplicar crema que hidrate la piel, independientemente de que se hayan producido quemaduras o no. Así, se presentan dos opciones: usar crema hidratante común o usar un aftersun.
Tanto la crema hidratante como el aftersun son cremas válidas para tratar la piel después de una jornada donde ha estado muy expuesta al sol. De hecho, desde VistaFarma, aseguran que ambos son productos complementarios y que se pueden usar para este fin.
Así, el aftersun se puede emplear en los momentos posteriores a la exposición solar, ya que la diferencia con la crema hidratante es que posee propiedades calmantes, además de otras sustancias antiinflamatorias para las pieles un poco quemadas, como la enoxolona. De este modo, se consigue aliviar el picor o la sensación de quemazón.
Después de las primeras aplicaciones de aftersun, se puede pasar a utilizar la crema hidratante, que tiene efectos a largo plazo y es muy útil para mantener la piel, hidratando y devolviéndole flexibilidad.
Como conclusión, el aftersun tiene una función más calmante específica para las horas posteriores a la toma del sol, mientras que la crema hidratante es un producto que ha de emplearse de forma habitual, aunque no se haya tomado el sol.