Podría tratarse de un disfraz o una forma de llamar la atención, pero Michael Shedworth sostiene que la caseta que tiene como cabeza forma parte de su cuerpo y creció así. Eso es lo que declara en su primera entrevista pública este joven que lleva años paseándose por las calles de Brístol (Reino Unido) de este modo.
Con su cobertizo con música techno y luces y con una chimenea que lanza fuego, este británico atrae todas las miradas con su aspecto. «No camino por Brístol con un cobertizo en la cabeza, camino por Brístol, y eso es todo. La gente no puede ver más allá del cobertizo a veces», declaró la semana pasada en el podcast de música YakShak de Big Jubba.
Shedworth lleva tiempo presente en las redes y se ha cruzado con mucha gente, de hecho, tiene un vídeo de 2015 en el que acudía a una entrevista de trabajo y era rechazado. Sin embargo, tal y como informó Bristol Post, comenzó a tener más relevancia después de que le vieran hace meses yendo a comprar a supermercado de su ciudad.
«Quiero poder ir a Aldi en paz para comprar el pan, setas y productos para madera sin que me miren con malos ojos y la gente me acose en la cola y trate de hacerse selfies conmigo», comentó.
En el podcast, Michael Shedworth sostuvo en todo momento que no llevaba ninguna caseta en la cabeza, sino que él es así porque sus dos padres son cobertizos. «Siento que tengo que dejar claro que no soy solo una especie de buscador de atención que intenta vivir una extraña realidad alternativa. Esta es mi vida», explicó.
Según él, a los 13 años le creció un «pequeño bulto» en el tejado y este terminó convirtiéndose en una chimenea que lanza fuego, y la música que suena a veces es algo «interno que sale de él». Esto provoca que llame mucho la atención, algo que no desea.
También contó que incluso un día que se quedó dormido en el parque tuvo un problema con un funcionario del Ayuntamiento que le dijo que no tenía permiso para edificar allí. «No es útil ser reconocido por la calle como una cara famosa», opinó. «Para ser honesto, no me gustan mucho los humanos».