Uno de los debates recurrentes en el ámbito del deporte y la salud es si es beneficioso beber agua mientras se hace ejercicio. El consenso entre los expertos en nutrición y acondicionamiento físico es claro: mantenerse hidratado durante la actividad física es esencial. Pero, ¿cuál es la verdadera razón detrás de esto? Veamos más de cerca.
La importancia de la hidratación
El cuerpo humano está compuesto en su mayoría por agua, y es imprescindible para prácticamente todas las funciones corporales. Durante el ejercicio, el cuerpo pierde líquidos a través del sudor. Esta pérdida puede afectar el rendimiento, ya que incluso una deshidratación leve puede causar fatiga, disminución de la coordinación y un aumento en la percepción del esfuerzo. Por lo tanto, sí es bueno beber mientras se hace ejercicio.
Regulación de la temperatura
Uno de los papeles más importantes del agua durante el deporte es ayudar a regular la temperatura corporal. Al hacer ejercicio, los músculos generan calor. El sudor ayuda a liberar este calor, y tomar agua permite que este proceso continúe de manera eficiente, ayudando a prevenir el sobrecalentamiento y los golpes de calor.
Optimización del rendimiento
Beber agua también es esencial para mantener la circulación sanguínea y el transporte de oxígeno y nutrientes a los músculos. Esto no solo mejora la resistencia sino que también ayuda en la recuperación muscular. La falta de hidratación adecuada puede llevar a calambres musculares y una disminución en la capacidad de rendimiento.
¿Cuánta agua debemos ingerir?
Aunque es esencial tomar agua durante el ejercicio, es importante no exagerar. Si lo hacemos en exceso puede llevar a una condición conocida como hiponatremia, que es cuando los niveles de sodio en la sangre son anormalmente bajos. La clave es beber cantidades moderadas regularmente. Se recomienda empezar hidratado y consumir aproximadamente 250 ml de agua cada 15-20 minutos durante el ejercicio, y continuar hidratándose después.