Ni que se tratara de Novia a la fuga. A Esther sólo le bastaron un par de segundos para salir huyendo de su cita ya que no le gustó lo que vio; tanto es así que ni se quitó la chaqueta y se limitó a decir: «No es mi estilo, me voy».
El desencuentro ya había comenzado con una energía rara en el aire cuando Carlos, la otra parte de la cita, aseguró que su «último requisito» era que su pareja tuviera carnet de conducir «porque si se iba a vivir con él lo iba a necesitar» ya que su casa se encuentra a las afueras de un pueblo. Los otros ítems a cumplir eran: «Que no sea muy alta, que pueda y quiera tener hijos» ya que él quiere volver a ser padre.
A todo esto, Sobera no podía creer lo que estaba pasando delante de sus ojos y ha zanjado: «Esto no es como el supermercado, no es venir a por un paquete de arroz sí o estos espárragos no, esto es otra cosa y el problema es vuestro de no querer conoceros».
Sobera y Matías se quedaron estupefactos con la soltera que no quiso ni conocer a Carlos: «Igual tenemos que reciclar el programa y convertirlo en un supermercado, con la gente por estanterías, pero en la sección de postres estaría toda la gente, estaría yo».