Sucedió en Australia. Durante un control rutinario la policía dio el alto a un coche cuya conductora resultó tener el permiso caducado. Los agentes pidieron a la mujer que abandonara el vehículo y la cosa comenzó a torcerse.
«Si le tocas el coche estás cometiendo una infracción», se escucha gritar al copiloto desde dentro del habitáculo mientras graba la situación, que se resiste a bajar del vehículo, «y no tienen ninguna jurisdicción en esta zona». Acto seguido uno de los agentes arrancó de cuajo la ventanilla, abrió la puerta y obligó a la conductora a bajarse del coche mientras le decía: «eres un jodido imbécil».