Uno de los hechos que más ha llamado la atención del ataque de Hamás a Israel ha sido el uso de parapentes para trasladar a los milicianos islamistas en la operación. Los parapentes no son, desde luego, vehículos habituales de guerra. Y las imágenes de los terroristas de Hamás descendiendo sobre, por ejemplo, la rave Supernova en la que después asesinaron a 260 jóvenes han recorrido todo el mundo generando horror y sorpresa a partes casi iguales.
Según se puede observar en vídeos publicados en redes sociales por los propios miembros de Hamás, los terroristas utilizaron parapentes motorizados para esta operación que ha puesto al mundo al borde de un conflicto de consecuencias desconocidas. Diversos medios señalan que Hamás utilizó estos vehículos para causar sorpresa porque «no los usaron en números tan grandes como para que tuvieran un gran impacto en la operación», según ha explicado Mark Chandler, profesor de Estudios de Seguridad e Inteligencia y antiguo marine. Pero lo cierto es que, a nivel de propaganda, Hamás ha logrado el efecto deseado.
En este escenario, llama la atención cómo a finales de 2012 el prestigioso semanario británico The Economist, que analiza asuntos de actualidad internacional y económica, publicó una portada que precisamente reflejaba el enfrentamiento entre Israel y Hamás, que gobierna la Franja de Gaza desde 2005, mediante este tipo de elementos. En la portada, recuperada por algunos usuarios de la red social X (antes Twitter), aparecen Hamás e Israel representados por un terrorista y el entonces y ahora primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, a bordo precisamente de parapentes, aunque en aquel momento, el autor de la ilustración, no indicó que fueran vehículos motorizados.
La portada, por otro lado, refleja también otros de los miedos colectivos de estos momentos. El cambio climático o la guerra cibernética forman parte de una ilustración en la que se recogen los siete pecados capitales y que refleja que solo los banqueros son felices en medio del caos.