Siempre estamos inundados de vídeos donde estadounidenses comparten en sus plataformas digitales los choques culturales que experimentan al llegar a España. Pero, a su vez, hay españoles que atraviesan el Atlántico y se ven inmersos en un entorno radicalmente distinto al que conocen.
Además de notar las típicas diferencias horarias en las horas de las comidas (una menciona que debe comer entre las once y la una, y cenar entre las cinco y las siete de la tarde), la joven Marta Pons señala que los estadounidenses "no saben manejar autos con transmisión manual" y que no les importa cómo vistes.
"Puedes estar hecha un desastre y les da igual. Llevo una estrella en la cara y no me miran raro. Es verdad lo que dicen en las películas, que van en pijama al instituto", comenta, añadiendo que "puedes usar gorra o capucha en clase".
En el tema de la vestimenta, Marta menciona que aunque no todas las estadounidenses son iguales, hay un estereotipo predominante: rubias, con leggings y botas UGG, y un Stanley, que es una especie de botella reutilizable que llevan por todo el campus."No entiendo cómo llevan eso, es como cargar un cubo de basura en la mano", dice, entre risas. Y para colmo, revela que cuesta la nada despreciable suma de 40 dólares.
En menos de dos minutos, enumera una larga lista de aspectos que le han sorprendido de la vida en Estados Unidos, muchos de los cuales son compartidos por otros internautas que están experimentando una situación similar al otro lado del mundo.