Las sorpresas con las que se encuentran los viajeros que recurren al alquiler turístico no dejan de impactar en redes. Clarisa Murgia, una joven argentina, pagó por un apartamento en Italia "con vistas al mar" que se promocionaba en Airbnb.
Cuando llegó a la habitación, sin embargo, tuvo que reír para no llorar. Y es que, efectivamente, veía el mar desde su balcón, pero no el de verdad, sino la fotografía gigantesca de un cartel en la gris fachada de un edificio.
"Me siento estafada, chicos", escribe en el vídeo con sus risas de fondo, "nunca nadie me engañó de esta manera". Los propietarios harán cualquier cosa, incluso estafar a sus clientes, para pedir más dinero por sus alquileres turísticos.