La entrada al nuevo año fue, literalmente, por todo lo alto para los pasajeros de un vuelo de Praga a Barcelona. Un retraso causado por una avería en el vuelo anterior hizo que el despegue se demorara, obligando a los viajeros a despedir el 2024 en pleno trayecto aéreo.
La tripulación, consciente de la situación, decidió convertir el retraso en una celebración especial. Explicaron a través de megafonía la tradición española de comer doce uvas al compás de las campanadas de medianoche, una costumbre que muchos de los pasajeros extranjeros desconocían. Aunque no había uvas a bordo, los pasajeros improvisaron con lo que tenían a mano y participaron en la simbólica cuenta atrás.