Unos 427 ibicencos tienen que esperar más de seis meses para ser operados en el hospital Can Misses. La lista de espera quirúrgica ha crecido un 26,5 por ciento y las externas un 27,36 por ciento. El número de pacientes que esperan una prueba radiológica casi se ha cuadriplicado en este último año. La situación, por lo tanto, está peor que el pasado ejercicio. Como consecuencia de ello, Can Misses permitirá a los médicos hacer horas extra y se intentará aliviar las listas de espera, pero convendría evitar llegar hasta esta situación, tomar medidas con más tiempo.
Mucha demagogia. El incremento de la lista de espera hospitalaria fue objeto de un gran debate político la pasada legislatura. La izquierda acusaba al PP de provocar un deterioro de la sanidad pública a través de recortes en el sector de la sanidad, lo que derivaba, de forma irremediable, en un incremento de las listas de espera. El nuevo gobierno lleva cinco meses en el poder y seguramente se ha dado cuenta de que las soluciones no son fáciles, sobre todo si la falta de dinero sigue siendo uno de los problemas más graves de la Comunitat Autònoma. La sanidad balear tiene un problema de financiación, pero lo que no es admisible es hacer demagogia con un servicio esencial para los ciudadanos mediante mensajes que provocan tanto temor en la sociedad.
Una solución. Sin duda, pagar horas extras a los médicos para que trabajen más horas y alivien las listas de espera es una buena solución y el próximo balance arrojará mejores datos, pero ¿podemos permitirnos económicamente incrementar el gasto sanitario tras haber prometido a los médicos, además, que cobrarán la carrera profesional a partir de 2016? La sanidad es un servicio esencial, pero tampoco deben tomarse medidas populistas que la hagan insostenible. Hay que gastar con sentido común, pero por encima de todo, y de cara al futuro, gobierne quien gobierne, hay que evitar la demagogia entre la clase política.