En la vida no suele haber blancos o negros. Muchas veces existen los grises, las soluciones intermedias basadas en el sentido común. Desde este diario hemos cuestionado que hubiese montañas de posidonia en Talamanca, pero la crítica se producía especialmente por las protestas de los restaurantes que todavía permanecen abiertos en la zona. En una carta remitida al Ayuntamiento de Vila, los empresarios de Talamanca avisaban de que estaban dispuestos a cerrar sus establecimientos si se mantenía la actual situación. Vila dijo que todo seguiría igual, que la posidonia era buena para las playas en invierno. Ayer, sin embargo, se rectificó parcialmente. La posidonia que se había acumulado delante de los restaurantes fue retirada.
Sentido común. La postura del Ayuntamiento está basada en el sentido común. Si la posidonia sirve en los meses de frio para regenerar la playa, algo que no seremos nosotros los que lo cuestionemos, ¿no se puede dejar en las zonas donde no hay negocios abiertos y retirarla de aquellos lugares donde sí existe actividad económica? Aunque sea positivo para las playas, la posidonia provoca problemas a los restaurantes, sobre todo olores.
Rectificación. Igual que con otros casos que no hace falta recordar, el Ayuntamiento de Vila ha asumido que había que tomar medidas en Talamanca. Ha optado por el sentido común y por una solución que satisface a los empresarios de la zona. También es discutible que se puedan promover actividades en las playas durante los meses de otoño e invierno y que la posidonia invada la mayor parte de nuestras costas, pero esa es otra discusión más científica que ciudadana. En cualquier caso, hay que alegrarse que el ayuntamiento sea sensible a las opiniones de los ciudadanos, a las quejas de los empresarios que mantienen abiertas las puertas de los negocios cuando en muchos casos pierden dinero.