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EDITORIAL

Podemos, de la teoría a la práctica

| Eivissa |

Podemos quiere tener cuatro grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados. Desde el punto de vista político llama la atención porque Pablo Iglesias presume en cada momento de tener 69 diputados, pero en realidad hay parlamentarios que se presentaron por cuatro siglas distintas y, por lo tanto, se quieren crear cuatro grupos. Mientras Iglesias dice que sus diputados renuncian a un plan de pensiones que no existe y anuncia un salario de poco menos de 2.000 euros (el resto se lo queda el partido para destinarlo a una fundación), no hay ningún escrúpulo para constituir cuatro grupos parlamentarios.

Privilegios. La constitución de cuatro parlamentarios tiene una gran importancia desde el punto de vista político y también económico. Cada grupo tendrá su turno de intervención en el debate, derecho a tener representación en las comisiones, pero además se dispara el gasto económico en asignaciones y secretarios de grupo. Si Podemos pensase en los ciudadanos, saldría mucho más barato constituir un solo grupo parlamentario en lugar de cuatro. Nada que ver con el mensaje que lanzó durante la campaña. Podemos ha olvidado rápidamente todo lo que dijo en campaña electoral, sus lecciones sobre la austeridad institucional, y pretende hacer en el Congreso lo que ningún partido a los que ellos llaman casta se ha atrevido nunca. De hecho, los socialistas han mostrado su malestar por esta pretensión de Podemos de tener cuatro grupo parlamentarios.

Negociación. La propuesta de Podemos de tener cuatro grupos está dificultando la constitución de la Mesa del Congreso y algunos partidos han calificado de «fraude de ley» su pretensión política. La constitución de la Mesa tiene que marcar hipotéticos pactos de gobierno, pero parece que esta manera de actuar de Podemos está creando diferencias casi insalvables con el PSOE. Y lo más llamativo es que Podemos intente dar lecciones al resto de fuerzas democráticas para intentar, una vez en las instituciones, forzar reglamentos que, además, tienen un alto coste económico. No tiene ningún sentido.

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