El control de la oferta de todo incluido en los establecimientos hoteleros de Balears es el objetivo de la campaña que tiene previsto llevar a cabo la Conselleria de Turisme, consciente de que en muchos casos ni siquiera se ha realizado la preceptiva comunicación de este tipo de modalidad durante la estancia en los alojamientos turísticos. Aunque la dinámica detectada años atrás, con un crecimiento exponencial, se ha moderado es indiscutible que los intentos de mantener cautiva a la clientela dentro de los hoteles sigue siendo un objetivo para determinados hoteleros; una práctica con efectos nocivos para el conjunto de la industria turística balear que se agrava todavía más cuando se oculta a la Administración.
La oferta complementaria. Retener al turista en el interior de los hoteles se ha demostrado que acaba hundiendo las zonas donde se ofrece, entre otras razones porque acaba hundiendo la oferta complementaria –comercio, restauración, ocio, ...–. La situación, en poco tiempo, acaba generando establecimientos hoteleros sin ningún atractivo para los visitantes en las inmediaciones. Los cierres no tardan en llegar y, en consecuencia, la destrucción de puestos de trabajo. Una dinámica ya conocida que la Conselleria quiere romper, en especial cuando el todo incluido supone una caída en la calidad de los productos y servicios que se ofrecen; en esta caso es la imagen colectiva de Balears como destino turístico la que cae.
Renovación y modernización. Balears no cumple, como pueden ser otros destinos como el Caribe –por citar un ejemplo– las condiciones adecuadas para mantener el todo incluido. Ello, no obstante, no puede ser el pretexto para no generar una dinámica que permita la modernización de toda la oferta complementaria obsoleta e inadecuada. Que también existe. La excelencia a la que debe aspirar la industria turística balear no puede obviar la actuaciones decididas en este campo, la solución no está en el simple parcheo.