Desde hace tiempo, religión y terrorismo están ligados en el mundo islámico. Las mezquitas se han convertido en lugares de culto, pero también en lugares donde se adiestra a jóvenes para que se conviertan en futuros terroristas. Desde la muerte de Mahoma en el siglo VII, el Islam ha estado ligado a la violencia por una mala interpretación de la religión islamista. Las luchas entre las dos principales facciones islamistas, los chiíes y los sunies, han desencadenado en guerras y odio durante siglos. Pero estas disputas religiosas derivaron, desde el derrocamiento de Sadam Hussein en Irak, en la formación de grupos terroristas que han generado el pánico en medio mundo.
Interpretaciones. No conviene mezclar religión y terrorismo. Es un tremendo error pensar que el Islam es una religión que alimenta actos religiosos, pero que permite y da fuerza al terrorismo. Esto es una mala interpretación de lo que significa el Islam, pero también es cierto que el protagonismo que han adquirido los imanes en este contexto alimentan aún más que en Occidente se piense que el Islam da vía libre al terrorismo. Lo de Sant Antoni es una evidencia, según apuntan los investigadores, que los imanes pueden alimentar odios entre musulmanes y occidentales.
Mantener la calma. Los hechos vividos en Sant Antoni son muy graves La detención de los dos imanes demuestra que los investigadores llevaban tiempo detrás de estos imanes que, al parecer, aleccionaban a menores para introducirlos en grupos terrorismo. Da terror pensar que estas cosas ocurren cerca de nuestro entorno, pero por otra parte nos debe tranquilizar la rápida actuación de la Guardia Civil, en otra exitosa operación. Pero tampoco hay que ser ingenuos y debemos pensar que Ibiza es una marca muy potente que puede atraer a los terroristas, como lo es Londres, París o Nueva York. Aún así, hay que diferenciar estas acciones aisladas de cómo viven los musulmanes su integración en Ibiza. No conviene que lo ocurrido en Sant Antoni derive en un conflicto mucho mayor entre musulmanes y occidentales.