Podemos en Balears vive una crisis de liderazgo. Su actual secretario general, Alberto Jarabo, ha manifestado su disposición a no pugnar en las primarias del próximo mes de junio si hay un amplio acuerdo y evitar así un más que probable enfrentamiento con Laura Camargo, actual número dos del grupo parlamentario, que cuenta con el apoyo casi unánime de los diputados de la formación morada. Este proceso interno tiene visos de generar una dinámica diferente en el Pacte que permitió la formación del Govern presidido por la socialista Francina Armengol, Camargo –integrada en el grupo de Izquierda Anticapitalista– mantiene un perfil que dista mucho de ser el de un socio amable en la actual coalición de izquierdas.
Minoría al poder. A la espera de la decisión final de Laura Camargo, el hecho de que Jarabo esté dispuesto a cederle la dirección de Podemos en Balears supondría que un colectivo minoritario, también en la dirección estatal, como es Izquierda Capitalista logre patrimonializar la estrategia política de todo el partido en las Islas. Jarabo ha quedado muy debilitado por su negativa a mantener una actitud de hostigamiento al PSIB y el Govern, así como los problemas internos derivados del enfrentamiento con Xelo Huertas y Montse Seijas. La irrupción de Camargo hace presagiar la defensa de un mensaje mucho más radical desde Podemos que el mantenido hasta ahora, un cambio del que el Govern y el mismo Pacte pueden acabar resintiéndose.
Arrastrar al partido. El cambio de líder en el Podemos balear, atendiendo al planteamiento actual, abre numerosas incógnitas sobre el impacto que tendrá en el conjunto de la representación institucional. Mientras que Podemos no participa en el Govern, al que sólo presta apoyo parlamentario, sí que está integrado en la gestión del Consell de Eivissa, entre otras instituciones, sin apenas tensión en las respectivas coaliciones. El cambio en la cúpula de Podemos acabará condicionando toda su estrategia global.