La Agencia Tributaria publicó el viernes una nueva lista de morosos, en este caso de contribuyentes con una deuda fiscal superior al millón de euros. En total, son 15.400 millones los que acumulan 4.549 empresas y personas físicas hasta el final del ejercicio del pasado año, integrantes de una lista copada por inmobiliarias y firmas comerciales que fueron arrastradas por la crisis. Muchas de ellas repiten en este listado, que acaba convirtiéndose en un mero golpe de efecto del Gobierno, en concreto del titular de Hacienda, Cristóbal Montoro. Siempre ha habido y siempre habrá morosidad fiscal. Los datos relevantes están en el combate del fraude fiscal y la eliminación de los paraísos fiscales. En ambos campos todavía queda mucho por hacer en España.t.
Efecto ejemplarizante. El supuesto efecto ejemplarizante de medidas como el de la publicidad de los morosos de la Agencia Tributaria es dudoso.Muchos de ellos repiten su presencia de años anteriores aunque, y así hay que reconocerlo, el importe global ha disminuido un 2 por ciento y el número deudores lo ha hecho en un 4 por ciento. No resulta difícil sospechar que estos avances son el resultado de la recuperación económica, responsable en buena medida de la situación que atraviesan numerosas empresas y contribuyentes presentes en la lista. Lo que reclaman los ciudadanos no es tanto la identidad de quienes adeudan al fisco sino quiénes logran evadir su control, dentro y fuera del país.
Efecto ejemplarizante. El fraude fiscal sigue siendo la gran asignatura pendiente de la gestión tributaria en España. Las grandes empresas y los grandes inversores siguen disponiendo de herramientas que facilitan minimizar su contribución a la Hacienda pública –en ocasiones, incluso con herramientas legales– que generan un notable agravio comparativo. Mucho queda por trabajar en la generación de una auténtica conciencia fiscal en nuestro país.