La puesta en marcha de un Observatorio del Suicidio por parte de la Conselleria de Salut, una iniciativa pionera en España que se presentó ayer, supone poner el foco sobre uno de los temas tabú de nuestra sociedad, y probablemente del mundo occidental. Los datos facilitados evidencian la magnitud de un problema sobre el que poco o nada se dice, sobre el que siempre se despliega un manto de silencio y del que ahora ya no se quiere callar ni esconder. Conocer en profundidad las causas por las que cada semana dos personas se quitan voluntariamente la vida en Balears –la inmensa mayoría jóvenes–, según la estadística referida a 2015, es el primer paso para la prevención.
Acabar con el silencio.
Un aspecto que merece ser destacado de la iniciativa de Salut es que el nuevo Observatorio supone un cambio radical sobre el modo de abordar el suicidio, del que siempre se ha recomendado un tratamiento mediático discreto para evitar el peligro del mimetismo social. Ahora, la estrategia es muy diferente. El estudio sistemático permitirá conocer con transparencia un comportamiento que, por su dimensión y gravedad, merece ser tratado de manera prioritaria. Un dato, las muertes por suicidio doblan las que causan los accidentes de tráfico en Balears; es la primera causa de fallecimiento entre hombres de 15 a 29 añosy la segunda entre las mujeres. Las tentativas también ofrecen un saldo escalofriante.
Una red de alerta.
Que la sociedad balear asuma la existencia del suicidio es un modo de activar los protocolos de prevención, tal y como se indica en la presentación del Observatorio. La información es el punto de partida imprescindible para una planificación adecuada que logre neutralizar la dinámica actual, cuyo dramático impacto en el entorno de las víctimas en innegable. Alertar a los familiares, personal sanitario y docente, asistentes sociales, ... puede ser el primer paso para salvar muchas vidas.