La Sindicatura de Comptes de les Illes Balears ha dado un nuevo toque de atención al Consell de Formentera por saltarse hasta tres veces la Ley de Contratos a la hora de adjudicar obras públicas, y hacerlo además en contra de la opinión del interventor de la institución insular. La Ley de Contratos deja muy claro que los contratos sin publicidad no pueden superar los 50.000 euros, pero el Consell llegó a sumar 787.393 euros utilizando este tipo de sistema de contratación, de forma ilegal, indebida, y a sabiendas de que incumplía la ley porque así lo advirtió el interventor del Consell.
Dar ejemplo a los ciudadanos.
El gobierno que preside Jaume Ferrer debe considerar que no está obligado a cumplir la ley y que Formentera, por sus peculiaridades, no tiene que acatar la Ley de Contratos. Da igual que lo diga el interventor, el secretario o la oposición. Ferrer y su gobierno se saltan la ley y además lo hacen con total descaro, a sabiendas, y cuestionando a todo aquel que lo denuncie. En cualquier país civilizado Ferrer y el responsable económico ya estarían dando explicaciones por haber incumplido la ley. ¿Qué tipo de ejemplo puede dar el gobierno insular a los ciudadanos de Formentera si se desacatan las leyes desde los propios despachos oficiales?
Al margen de la ley.
Ferrer y sus consellers están realizando una legislatura para el olvido. Recordemos el escándalo del bombero, que no fue contratado para beneficiar a otros candidatos con menos experiencia. El asunto, recordemos, está en los tribunales por la via penal después de que el denunciante ya ganase una primera demanda. Y también conviene citar las contrataciones del despacho de arquitectos del cuñado del gerente, Isidor Torres, con contratos menores, y además sacando pecho, cuestionando a este medio por publicarlo, y sin el más mínimo pudor. ¿Es este el tipo de gobierno que merecen los ciudadanos de Formentera? ¿Es lógico que se incumplan las leyes de manera tan impune sin que se adopten responsabilidades políticas? Pues parece que en Formentera todo es posible, sin olvidar que el partido de Ferrer ni siquiera ha justificado las subvenciones electorales. Suma y sigue en Formentera.