Italia, Alemania, Marruecos y Gran Bretaña son los países que encabezan el incremento interanual del 7,7 por ciento de afiliados a la Seguridad Social hasta el pasado mes de julio en Balears. El índice es el fiel reflejo de la atracción que supone el actual período de bonanza económica que se registra en las Islas en la mayoría de sectores, un proceso que recupera la tendencia inversa que se registró como consecuencia de la crisis. Las facilidades que implica el mercado único de la Unión Europea acaban traduciéndose en procesos tangibles, como es esta llegada de trabajadores extranjeros.
Una economía abierta y dinámica.
Balears vive, desde hace unos pocos años, un período de un dinamismo económico que tiene un claro impacto en la generación de empleo, circunstancia que también tiene un efecto en el exterior cuando se trata de la búsqueda de trabajadores con perfiles muy definidos en el sector turístico o con una determinada cualificación. De todos modos, la movilidad laboral es ya una de las características definitorias del mercado europeo y el caso balear resulta paradigmático. La adaptación a la evolución a los tiempos económicos es ya una constante de Balears, fruto de su apertura y dinamismo.
El inevitable cambio social.
La economía no es un hecho aislado, encapsulado. La permeabilidad del modelo económico balears, muy centrado en el sector servicios, está teniendo unas más que evidentes consecuencias en el terreno social. La estructura demográfica de Balears ha cambiado de una manera radical en las últimas décadas, acelerada en la msma medida que se ha facilitado la libre circulación de personas, bienes y servicios en el seno de la Unión Europea. Sin embargo, los países extracomunitarios, en el especial del norte de Africa y Latinoamérica, también han respondido al reclamo de una economía, la balear, con una pujanza muy superior al de otras comunidades españolas.