Las obras de desdoblamiento de la carretera de Santa Eulària y la construcción de las variantes de Jesús y de Ca na Negreta empezaron en mayo del año pasado. Los trabajos fueron adjudicados a la UTE Hermanos Parrot y Tecopsa por valor de 14,5 millones de euros y tenían un plazo de ejecución de 18 meses, por lo que tendrían que estar acabadas en noviembre de este año. Sin embargo, la empresa ha pedido dos ampliaciones de presupuesto y de plazo. Una de ellas, que aún no ha sido resuelta, lleva desde el mes de febrero en el Consell d'Eivissa. La otra sí que ha sido aceptada: el Consell Executiu del pasado 28 de junio concedió a la empresa seis meses más, hasta mayo de 2020, y un incremento del 9,9% del coste inicial del proyecto, es decir, 1,4 millones más.
‘Patata caliente'.
El nuevo Consell d'Eivissa, capitaneado por Vicent Marí y con Mariano Juan al frente de Territorio e Infraestructuras, se ha encontrado una auténtica ‘patata' caliente. En su visita de ayer, Mariano Juan comprobó que únicamente se ha ejecutado el 25% de las obras. Unos trabajos que, recordemos, debían estar acabados, con prórroga incluida, en mayo de 2020. Los hallazgos arqueológicos y la no retirada de los tendidos eléctricos y de telefonía por parte de las empresas suministradoras se encuentran entre los motivos del retraso. A eso hay que sumar la falta de plantilla ya que hay entre 20 y 25 trabajadores en la obra, una cifra insuficiente para unos trabajos de tal calado. A la vista de la realidad que se ha encontrado el nuevo Consell d'Eivissa resulta evidente la nefasta gestión de Pepa Marí al frente de la Conselleria de Mobilitat i Territori en la anterior legislatura. Una mala gestión que ya está pasando factura.
El futuro.
Otra de las incertidumbres que se cierne sobre esta obra es la financiación ya que a finales de este ejercicio vence el convenio de carreteras firmado con el Estado y aún quedan 10 millones de euros que justificar. El nuevo Consell d'Eivissa confía en que pueda prorrogarse este convenio, pero la realidad es que la situación política actual no ayuda. Esta carretera es vital en Ibiza. Se trata de una obra muy importante y necesaria para mejorar la seguridad y la fluidez en el tráfico. El nuevo Consell d'Eivissa no lo tiene nada fácil, pero debe mantenerse firme y vigilante para intentar que la empresa cumpla los plazos de la mejor manera posible y sin más retrasos.