Balears es la comunidad autónoma con un mayor crecimiento relativo de la población, según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística. Durante el primer semestre del 2019 aumentó en 10.356 habitantes, pero mientras el incremento vegetativo fue de únicamente 219 personas, el archipiélago recibió 9.015 inmigrantes procedentes de otros países -liderados por ciudadanos de Colombia y Argentina- y 1.142 españoles de distintas regiones. Esta tendencia que se ha registrado durante los últimos años se acentúa y consolida, lo que sitúa a Balears, con una tasa demográfica del 0,87 por ciento, a la cabeza de todas las regiones, muy por encima de la media española, que ha sido del 0,35 por ciento; seguida por Madrid con un 0,66 y Canarias con un 0,61 por ciento.
Dinamismo y oportunidades
La llegada de estos 10.157 inmigrantes evita que la población balear se estanque y confirma que estas Islas constituyen una región atractiva, con numerosas oportunidades por su dinamismo laboral en empresas de hostelería y oferta complementaria. La estacionalidad de la temporada turística no reduce la llegada de nuevos habitantes a Balears, que hallan aquí un entorno de gran seguridad y tranquilidad, excelentes servicios públicos y prestaciones sociales de desempleo. Todo ello configura un potente efecto llamada que propicia el desembarco constante de inmigrantes.
Presión, costes y recursos públicos
El progresivo incremento de la población implica una demanda de más infraestructuras y equipamientos, así como una incesante presión sobre las administraciones en toda clase de servicios: sanitarios, educativos, fuerzas y cuerpos de seguridad, transporte, abastecimiento de agua potable, redes de saneamiento y depuración de aguas residuales... Los costes se disparan por el hecho de la insularidad. Ya no se puede demorar la nueva financiación y el REB porque Balears necesita más recursos públicos.